Bella cierra la puerta detrás de sí y apenas logra dar un paso antes de tambalearse. Sus piernas ceden por el cansancio, el dolor y la emoción. Cae de rodillas al suelo, pero no llega a tocar el piso por completo. Dos pares de manos la sostienen a tiempo: una desde su derecha, otra desde su izquierda. Jazmine está de un lado, Blas del otro. Ambos están heridos, sus ropas están manchadas y tienen el aliento entrecortado. La sala alrededor está devastada: muebles rotos, humo en las esquinas, un foco de fuego que crepita lentamente. Bella apenas puede sostenerse, pero se incorpora con ayuda. Da dos pasos vacilantes y se topa con el cuerpo inerte de una mujer. Va vestida igual que las estilistas. Tiene sangre saliéndole de la cabeza y permanece inconsciente. Bella no siente compasión por el

