—Mire este vestido. —La empleada saca uno de tono celeste pastel, sencillo, pero muy hermoso. Nada revelador—. Está precioso. ¿Por qué no se lo prueba? Con su cabello n***o y su piel clara le quedará muy bien. Isabella, todavía molesta, no le presta mucha atención, pero la empleada no desiste. Busca un conjunto de ropa interior a juego y unas sandalias. Coloca todo a un lado y permite que ella asimile la situación. —¿Quiere que la ayude a vestirse? —pregunta la mujer cuando nota que Isabella todavía no está decidida—. También puedo ayudar a peinarla. Isabella finalmente accede. Se coloca el vestido y tal como dijo la empleada, le queda perfecto. Acentúa su figura y hace resaltar su hermosa piel. Se hace una coleta alta y bien prolija con el cabello y se deja maquillar de forma ligera

