Cada palabra que salió de los labios de Caleb me demostró que no hay manera de hacerlo cambiar de opinión. Un aparte de mí estaba convencida de que había logrado avances con él respecto a Maya. Me equivoqué. Ahora, Maya está por ser llevada por una mujer que no conoce y no sabe que le podría deparar. — Mira Mía — La pequeña voz de Maya me recuerda que no estoy sola y miro lo que me quiere mostrar. Estamos en el salón, sobre la mesa ratona hay una variedad de hojas, plumones y algunas pegatinas. Ella insistió en hacer una carta a santa. Tuve que alejarme un momento para que no viera amos lágrimas. Ya que su intención es dejarla en el árbol de navidad Cómo decirle que no estará aquí para navidad. Maldito seas Caleb. Me inclinó y miro el dibujo que está haciendo. Claramente, es ár