Cuando la risa de ambos se calmó decidimos dejar la habitación y Caleb fue en busca del ama de llaves para que esta enviara a los trabajadores por un colchón en condiciones para Maya y nosotros.
Maya, por otro lado, se había adueñado de la habitación de su padre. Estaba feliz y Caleb no tuvo corazón para decirle que no cuando pidió quedarse allí.
Ahora, mientras solucionan los probemos de las habitaciones. El ama de llaves, una mujer llamada blanca de unos cuantos años nos había preparado una canasta con comida. Así que fuimos en busca de un roble que nos llamaba. Ahí tendimos una manta y nos dispusimos a tener un almuerzo al aire libre.
Después de comer los deliciosos sándwiches, alitas de pollo con salsa BBQ y disfrutar de unos sorbetes que ayudaron con el cálido día estoy viendo como
