Lara se levantó y estaba todavía más enérgica que antes. Le había hecho bien el cambio de ambiente. A fin y al cabo, desde niña le gustaba ayudar y no le hacía ningún PERO al ver que podía ser útil en algo distinto a lo que ella hacía frecuentemente. A los que si les costaba creer, fue a los arquitectos, que ni se pensaron que Vega diera el ejemplo con su hija, ni que ella aguantara. LARA – Pues bien… (dijo mientras se paró en el medio de la entrada cuando llegó el grupo completo. Les pidió que se sentaran y se colocó en un sitio desde donde podía mirarlos a todos…) Todos están convencidos de que el poder de la mente es ilimitado y esa idea la han reforzado con el correr del tiempo porque han aprendido que para obtener cosas importantes, se requieren condiciones técnicas, ideas, estrategi