Cuando finalizó el almuerzo todos se quedaron conversando, como para descansar un poco más, pues después sí venía una intensa reunión con varias indicaciones de Vega con miras a la licitación. En determinado momento, Lara se levantó y pidió la atención de todos para anunciar que al día siguiente, aprovechando que no habría reuniones pero todos continuarían preparando el día señalado para obtener esa obra tan ansiada, esperaría uno por uno en su oficina para la primera charla, pues deseaba que fuera individual. Unas horas después, entre risas y anécdotas con el gran Sir Johnson Padre, todos volvían distraídos para la oficina para completar la jornada. La fila era encabezada por “los viejos” del estudio, luego iba Vega con el resto de los comensales, y cerraba Lara, quien como estaba aún