bc

TAN SOLO UNA NOCHE 【Libro 2】

book_age18+
7.1K
FOLLOW
39.6K
READ
forbidden
sex
arrogant
dominant
manipulative
goodgirl
like
intro-logo
Blurb

Libro 2 de TAN SOLO UNA NOCHE. 

Sebastián Ramsés, Amalia Ramos. Una hermosa historia de amor de una noche. Pero, ¿puede la pasión, amor y deseo durar para siempre? 

Amalia fue confundida por una prostituta, Sebastián solo quería una noche de sexo. ¿Quién podría ganar la segunda batalla?

Historia registrada bajo derechos de autor. 

chap-preview
Free preview
【Tan sola】
Cinco años después. Amalia Ramos. Todos están de viaje, mis padres biológicos y también los que me criaron. Yo estoy aquí, lamentándome de estar en casa, les dije que no quería ir por Sebastián, ya que él tiene un problema en la empresa y vive trabajando, muchas veces me he preguntado. ¿Se acabó la pasión entre nosotros? ¿Sebastián no me ama como antes? ¿Qué error he cometido? Es como si me evitará últimamente. Nuestros hijos están con sus abuelos, mis padres se los llevaron para que Sebastián y yo tuviéramos "Tiempo ha solas". Sé que es solo por dos meses que todos se fueron, pero extraño a mis niños, la pequeña Evelyn y mi pequeño Sebastián. Larissa y su esposo están trabajando con Sebastián en este momento, juntos formaron una nueva empresa y ahora son socios. Larissa, Evelyn y yo ahora, somos más amigas que antes, no pensé que Evelyn y ella podrían dejar su enemistad y ser las amigas que somos ahora, pero Evelyn también está muy ocupada. Le dieron el trabajo de psicóloga en una prestigiosa universidad para los alumnos con problemas y más. Estoy feliz por ella, pero me siento abandonada, sé que estoy siendo egoísta pero, es así como me siento y no solo yo, también la persona a mi lado en este momento. —¿Qué es lo que te pasa, Mario? —Amalia, dime que si, solo iremos por unos tragos. —Sabes que no tomo. —Extraño a Evelyn, ella solo se la pasa en su nuevo trabajo, me siento tan solo, Amalia. —¿Tú piensas que tomando te sentirás mejor? Pues déjame decirte amigo mío, de que lo único que haces es dañar tus órganos. —Solo un poquito, Amalia. Tú no has cambiado nada, siempre eres la nerda matada que sigue las reglas. —No lo soy, yo sé usar mi cerebro y tomar es perjudicial para la salud. —¿Tú también lo extrañas y te sientes abandonada? No puedes mentirme, sabes que te conozco desde antes que mi tío Sebastián. —Sí, lo extraño mucho, dime algo, Mario. ¿Subí de peso, me veo más vieja? Dime con sinceridad la verdad. —¡¿Estás bromeando?! Eres una mujer hermosa de 26 años y madre, una sexi mamá por cierto, no sabes lo que darían muchas mujeres por tener tu cuerpo después de ser madres. Mario esta todos los días conmigo, acaba de terminar su carrera y yo también lo hice, ahora somos arquitectos en toda la extensión de la palabra. Mario pronto comenzará a trabajar con Sebastián, pero quiso descansar estos dos meses de invierno y mejor pasa los dos, para mi tanto como para él, pasamos todo el día juntos. Hemos reforzado nuestra amistad y hacemos todo juntos. —Tengo un trato para ti, Mario. —Te escucho, pequeña. —Podemos tomar aquí y comer todo lo que queramos y vemos una película. —Está bien, lo acepto, solo por pasar tiempo con mi mejor amiga y que quiero mucho, ¿quién es esa hermosa mujer? —me dice mientras acaricia mi mentón. —No hagas eso, no soy un perro —le digo fingiendo molestia. —Podemos ver una película, pero primero quiero hablar contigo, Amalia. —Claro, podemos hablar pero, ¿de qué quieres hablar? —Espera un momento, Amalia. Él se levanta del sofá y después me entrega una copa de vino. Y se sienta otra vez a mi lado pero, ahora lo hace un poco más cerca. —Estaba pensando, Amalia, que podríamos aprender algo juntos, para matar el tiempo. —No entiendo, ¿qué podríamos aprender? —Conozco una academia dónde puedes aprender muchas cosas, por ejemplo tú tomaste un curso de cocina hace algunos años, puedes obtener un título y aprender mucho más. —¿Recuerdas que tome un curso de cocina? —Sí, porque yo pasaba en mi sexi bicicleta por ti, ¿lo recuerdas? —Sí, es verdad, lo recuerdo perfectamente, también recuerdo que era la envidia de todas las chicas en bachillerato, porque todos los días pasabas por mí. —Recuerdo cada cosa de ti, Amalia. Sus ojos se cristalizan y por alguna razón mi piel también se eriza. Odio que esto pase, puedo sentirlo desde unos días atrás. —Entonces dime, ¿cómo vas con tu hermosa esposa? —Evelyn es increíble, una mujer realizada, fuerte y que me ama, no puedo pedir nada más, por eso es que la extraño tanto. Dejando ese tema de lado. ¿Te animas a las clases? —Claro, y si tú vienes conmigo mucho mejor, pero, ¿qué es lo que aprenderás tú? —Siempre quise tocar. —El piano, ¿verdad? —interrumpo. —Sí, también sabes mucho de mí, Amalia. Los minutos pasan y se transforman en horas y tres botellas de vino vacías. Me siento un poco mareada, pero aun así estoy consciente, Mario también está consciente. —Traeré otra botella de vino, Amalia. —¡No, Mario! Creo que es suficiente, tengo hambre, mejor pidamos pizza o lo que tú quieras. —Está bien, o mejor un postre que yo prepárate ayer por la noche. Olvidé que Mario también tiene talento para la cocina. —Ya quiero probarlo, déjame ayudarte a servirlo. Lo acompaño a la cocina, pero antes de llegar me mareo un poco, él me sostiene y después él me levanta y me siento en la encimera de la cocina. —¡¿Estás bien, Amalia?! —Sí, lo estoy no te preocupes, es mucho vino y no estoy acostumbrada a tomar y lo sabes. —Quédate aquí y yo serviré el pastel. Me quedo quieta y me siento mucho mejor. —¿Quieres probar, mi ratita de biblioteca? —Hace muchos años que no me llamabas así y aún no te perdono el día de mi cumpleaños 18. —Siempre me reclamas eso, yo no sabía que ese día te molestarías tanto por eso. Los dos reímos por ese recuerdo, él empujó mi cara contra el pastel. —Sí, y te lo recordaré hasta que seamos viejos de noventa años. —Entonces, también me recordarás esto —dice mientras toma un poco de crema del pastel y la embarra por toda mi cara. —¡Mario! ¿Qué diablos te pasa? Él ríe a carcajadas y eso me molesta. Tomo un poco y lo intento yo también, pero es listo y sujeta mis muñecas. —Está bien, te dejaré hacerlo que estés contenta. Él suelta mis muñecas y se coloca frente a mí, muy cerca con los ojos cerrados. ¡Mierda! ¿Por qué siento esto? No hago nada, solo lo observo y después de unos segundos abre los ojos. —Por qué no lo haces, perderás tu oportunidad de vengarte. —No quiero vengarme, Mario. —Es porque me quieres, Amalia. Solo unos centímetros más y nuestros labios se unirán. Él acaricia mi rostro y otra vez este maldito impulso crece. Se coloca entre mis piernas y toma mi cuello con dureza, nuestros labios se unen con un beso apasionado y fuerte, puedo sentir su erección entre mis muslos. Pero no puedo hacer esto. ¡Mierda, no puedo! Amo a mi esposo. ¿Verdad?

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Navidad con mi ex

read
8.7K
bc

Bajo acuerdo

read
7.6K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
85.9K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
50.1K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
163.9K
bc

Tras Mi Divorcio

read
509.1K
bc

Yo, no soy él

read
88.1K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook