Habíamos entrado y parecíamos victoriosos cuando varios hombres nos llegaron por detrás. Nos apuntaban y no parecían querer bajar sus armas, Guideon uno de mis hombres, disparo primero, ellos estaban por dispararnos, cuando les dieron la orden de no hacerlo.
—Calma perros, hoy no mataremos a nadie—dijo fuerte y claro. ¿Y esté quién es?—, Síganme, por favor.
No teníamos más opción eran muchos y nosotros éramos muy pocos para enfrentarlos, me preguntaba ¿Cómo estará ella? ¿Le habrán hecho algo? Me dejaba tranquilo saber que era toda una fiera y además estaba con mi mejor hombre, Renso. Le seguí al hombre sin saber cuales eran sus intenciones reales, ¿matarnos? era de esperarse, trabajaban para Donatello, pagaría millones por mi cabeza. Mi sorpresa fue obvia cuando vi a Lena con Renso
