La vida tiene altibajos, es como si estuviésemos subidos en una montaña rusa donde algunas veces estamos arriba en la cima admirando la vista, mientras que otras estamos abajo viendo como pasa la vida a nuestro alrededor. Sigo creyendo que la vida nos da muchos golpes, algunos nos noquean otros no hacen caer en cuenta de la vida que tenemos y llevamos. He pasado encerrada en la prisión de las oficinas de la Interpol, durante unos doce días, el tiempo está corriendo sin detenerse y cada día que pasa es uno lejos de mi familia y los rusos. Era una reclusa, si, una reclusa. Vestía de n***o, porque a diferencia de las demás figuraba con una etiqueta de “extra-peligrosa”. La vida aquí dentro no era sencilla ni mucho menos fácil, los guardias eran muy abusivos y aprovechados. Querían abusar