Franco Esa mañana desperté muy agitado. Había pasado una muy mala noche, pensando en Eva y con un presentimiento extraño que me había generado un insomnio terrible hasta muy entrada la madrugada. Tanto así que a pesar de que mi mujer había venido a la cama con un conjunto de lencería súper sexy y que dejaba muy poco a la imaginación y muchísimo al deseo y a las ganas de arrancar los pocos trozos de tela que tapaban piel por donde ella deseaba que la recorrieran mis besos… y también a pesar de lo mucho que había disfrutado de que con su boca lamiera mi miem. bro hasta hacerme acabar con un gran grito de placer como los que normalmente me salen cuando luego quiero complacerla a ella… finalmente no había sido capaz de hacer el amor con mi mujer… Le inventé una excusa bastante poco creíb