Stella Había decidido llamar a Yohanna para que me contara que estaba pasando. Robert ya estaba aquí y sabía que él y Taylor habían salido la noche anterior. Mi amiga suspiró pesadamente al otro lado de la línea mientras yo tamborileaba con mis dedos en el escritorio, impaciente. — Robert está distante conmigo —empezó a hablar—, ya no es como antes, no lo sé. No tiene detalles conmigo, ni nada de eso. Pensé en Taylor. Mi novio tampoco era muy detallista. — Eso son la mayoría de los hombres, Yohanna. — Ella, he estado con fiebre en la cama y él muy imbécil ni siquiera se ha pasado a verme o llamarme. — Vaya —murmuré. No sabía que decir. — Y ahora se ha ido y tengo miedo de que allí conozca a alguien. — No va a conocer a nadie —me levanté de la silla—. Robert te quiere. — Sí, claro —