—Gracias—digo sonriendo. Estoy apunto de preguntarle algo a Nate cuando mi estómago habla antes que yo. —Parece que alguien tiene hambre—dice Nate, sonriendo. Mi vientre suelta un fuerte gruñido—. Déjame pedirle a alguien que te traiga algo de comer. —Gracias. —¿Hay algo en particular que quieras? —No, cualquier cosa está bien conmigo. —Bien. La mente de Nate vincula a alguien para que me consiga comida. Oigo pasos acercándose a la puerta una vez que ha terminado. Eso fue rápido. Me pregunto qué me trajeron. La puerta se abre de golpe y me sobresalta un poco en la cama. Miro hacia la puerta para ver quién entró así. Una sonrisa aparece en mi rostro una vez que la veo. —Chloe—le digo, con lágrimas en los ojos. Se siente como siglos desde la última vez que vi a mi mejor amiga. Mi vida