Mi Única Ahora y Siempre

Palermo Italia - verano Camino sin hacer ruido por el pasillo y desciendo por las escaleras de nuestra casa en Palermo. Llegamos ayer por la tarde y fue toda una odisea. Ocuparnos de dos niños y un adolescente malhumorado no en un avión no es lindo. Marcella preguntaba cada dos por tres si faltaba mucho. Después de un par de horas le dejé la tarea de responder sus preguntas a Demetrious. Creo que escuche la pregunta más de cien veces. Sin embargo, Demetrious se contuvo a enojarse con su princesa. Habíamos hecho un viaje Relámpago dejando nuestro trabajo en la agencia de publicidad para estar presentes en el homenaje que el Nonno recibiría por su trayectoria en el negocio de los olivos. Cuando Aida, la prima de Demetrious nos llamó emocionada con la noticia Demetrious y yo no dudamos en tomar el jet y volar a Italia. Los chicos estaban de vacaciones y aunque ya habíamos planeado todo en la oficina para pasar un mes en Italia durante el verano, tuvimos que adelantar todo. Llego al salón y me voy a la cocina desierta. Se que Aurora nuestra ayudante en casa aquí en Palermo aparecerá en cualquier momento para hacer el desayuno, pero quiero un poco de café y algo de silencio. Los niños y mi esposo durmiendo al mismo tiempo no pasa muy seguido. Enciendo la cafetera y me siento en el banco frente a la isla de la cocina. Abro la portátil que había dejado anoche. Mientras espero que mi café este me concentro en revisar el presupuesto de nuestro próximo proyectó. Esta vez para una marca de autos muy reconocida en Alemania. Trabajar junto a Demetrious es demandante y a veces divertido, ser la encargada del departamento de finanzas le da un respiro a mi esposo y nuestras reuniones de presupuesto son muy productivas. Me siento realizada profesional y personalmente. Tenemos la vida que queríamos, han sido once años de matrimonio que si bien no han sido perfectos, no los cambiaría por nada. Cuando el café está listo me sirvo una gran taza y me siento de nuevo a ver mi hoja de cálculo. Estoy trabajando en silencio un rato más antes de que unos brazos me envuelven desde atrás y un pecho duro se pega a mi espalda. Suspiro dejando lo que estoy haciendo y disfruto de los brazos de mi esposo. Demetrious deja un hilo de besos desde mi hombro descubierto por mi pijama de tirantes hasta la base de mi cuello Delicia —¿Por qué me desperté solo en la cama? —Tenía trabajo—sonrió ante su tono quejumbroso —Estamos de vacaciones— Habla pegado a mi oído—Eventualmente nos sentaremos a trabajar un rato, pero apenas llegamos ayer cielo. —Mi jefe es un tirano. Así que quiero tener todo preparado para cuándo me pida resultados. Las manos de Demetrious se deslizan por mis piernas y se detienen en el elástico de mis shorts verde de seda a juego con la parte de arriba. —Tu jefe es un idiota que no sabe apreciar lo deliciosa que eres—habla divertido causándome risa que ahogo cuando su mano se adentra en mi shorts Me quedo sin aliento El pasar de los años no a cambiado como nos sentimos el uno por el otro. Mi esposo es como el vino, un exquisito vino italiano que es mi adicción. Un gemido brota de mis labios antes sus caricias. Esto es mejor que el café pienso dejándome llevar. —¡Mami! ¡Joder! La voz de Marcela llega a nosotros. Demetrious saca su mano y resoplo al sentirme frustrada por una niña de seis años. Mi esposo se va al otro lado de la encimera y se inclina en la misma como si nada. Me río cuando cómoda sus pantalones de pijama. —Bruja—susurra, pero no puede ocultar su sonrisa —Mami. Quiero leche —Marcella entra a la cocina con su pijama blanca de conejos y su cabello rojo en una trenza A Demetrious se le ilumina el rostro y a ella le pasa lo mismo cuando ve a su papá. Camina hasta mí y hunde su rostro en mi pecho mientras sus manos me rodean. —¿Qué tal dormiste bebé? —pregunto antes de inclinarme y besar su cabeza que huele a cerezas Murmura un bien. Mi niña no es muy dada a los cambios de horarios. —¿No hay buenos días para mí? —Demetrious la mira desde el otro lado con una sonrisa torcida. Marcela se aparta de mí. Rodea la isla, Demetrious la recibe y la alza. Lo veo murmurar palabras a nuestra hija antes de sentarla en la encimera. Deja en su cuello un sonoro beso causando la risita de Marcella antes de tomar un vaso e ir hasta la nevera por el pedido de nuestra hija. —¿Tus hermanos están dormidos? —Quiero saber. Ella está sentada balanceando sus piernas sin perder se visita a mi esposo que sirve un vaso de leche Asiente y arruga su rostro con disgusto. —Dylan ronca—Comenta. Demetrious y yo reímos. —Cielo. Es común en algunas personas— Comenta Demetrious tendiéndole el vaso de leche que ella toma de buena gana antes de beber con glotonería ante la sonrisa de ambos. Deja el vaso medio vacío antes de voltear a verme —También le huelen mal los pies—Comenta sin perder su cara de disgusto. Demetrious lanza una carcajada y yo pongo los ojos en blanco. Mi vida con Dylan ahora se resume en que sea ordenado, cumpla con sus tareas y con su equipo de fútbol. Sus hormonas están alborotadas y el mal olor del que habla Marcella es generalmente cuando sale de la práctica. —Así que Dylan—apesta Comento —Yo no apesto— El mencionado entra a la cocina con Luca. Ahora estamos todos Adiós a mi momento de silencio y tranquilidad. —Si lo haces—Insiste mi hija —Mocosa chivata—gruñe este y veo que sus oreja están algo rojas de vergüenza. —Ya hablamos de mantener tus zapatos de fútbol lo más limpios posibles— Demetrious lo mira con una ceja arqueada. —Lo sé papá y lo hago— Habla. Luca en silencio se va a la despensa y saca una caja de cereal. De mis hijos, Luca es el más callado e independiente. —Lindsay no lo quiere porque le apestan sus pies— Luca dice cómo si nada. Si. Puede ser callado, pero cuando habla es claro. Reprimo la risa, pero mi esposo no. Dylan se enoja más. —Cállate— Dice molesto —Lindsay es mi amiga no mi novia —Ya quisieras tú —Habla Luca sin míralo sirviendo cereal en un tazón. La nariz de Dylan se dilata y esa a punto de estallar —Que reine la paz— intervengo. Me levanto del banco. Rehago mi cabello corto hasta la altura de mis hombros en una coleta y camino hasta la cafetera. —Dejen a Dylan en paz— Demetrious también interviene porque sabe que cuando se ponen a pelear parecen unas fieras. —Buenos días—Aurora entra a la cocina con premura Todos le damos los buenos días y logramos calmar a los chicos. Ayudo a Aurora con el desayuno para terminar lo más pronto posible. —Bien—Hablo cuando veo a Dylan comer el último trozo de sus panqueques —¿Tienen sus trajes listos para la ceremonia de reconocimiento? Los tres asienten. Demetrious se encarga en su mayoría de los chicos cuando necesitan llevar traje. Casi nunca lo hacen, pero en esta ocasión todos iremos a festejar al Nonno. Así que lo amerita. —Mi vestido es lindo mami—Comenta Marcella con entusiasmo. Todos la miramos con una sonrisa. —Es hermoso—Aseguro— Tienen dos horas para prepararse y no quiero estar peleando con ustedes y sus videojuegos—Asevero mirando a mis dos hijos Ambos se miran antes de voltear a verme y asentir  —Hoy es el día del Nonno y vamos a homenajear su trabajo. Con esas palabras damos por terminado el desayuno y Dylan junto a Luca corren escaleras arriba para prepararse y también jugar un poco. Por su parte, Aurora desaparece en el cuarto de lavado, dejándonos solos a Demetrious, Marcella y a mí. Demetrious se me acerca y deja un beso en mis labios —Voy a hacer una llamada y ver qué todo esté perfecto en la villa para el almuerzo de celebración. —Aida, tu tía y Fiorella está allá—le recuerdo divertida —Todo está perfecto Un suspiro sale de los labios de Demetrious antes de torcer el gesto —Es solo que hoy tiene que ser perfecto —Lo va a ser— Afirmo El Nonno se merece eso y más. —Voy a dar una vuelta por los viñedos. Pero tenemos algo pendiente Sonrió dándole una mirada sugerente. —Yo quiero ir contigo papi —Marcella nos mira desde la mesa del comedor De mis hijos. Marcella es la que siempre desea pasear por los viñedos. Demetrious bromea diciendo que como la concebimos aquí, ella siente la conexión. Yo solo me río de su broma. —Hoy no cariño— Digo ganando un puchero de su parte—Debemos ponerte hermosa para el Nonno. —Somos Mazzini— Comenta Marcella repitiendo lo que mi esposo dice cuando de representar a su abuelo se trata. La sonrisa de Demetrious se expande ante las palabras de la niña —Esa es mi muñeca inteligente—La alaba él— Tu mamá te va a ayudar a prepararte para que sorprendas al Nonno y te prometo que mañana pasamos la mañana en los viñedos Ella parece pensarlo antes de asentir —Trato papi—Marcella levanta su dedo meñique con una sonrisa. Esa es su nueva manera de cerrar algún trato y papá derretido le sigue la corriente. Demetrious deja un beso en la mejilla de Marcella y luego a mí me da a otro beso. —No tardo—Promete. Asiento —Ahora cariño. Tenemos que prepararnos para la ocasión. Con entusiasmo ella se levanta. Ambas subimos las escaleras hasta las habitaciones y alistarnos para el día que nos espera. ⭐⭐⭐⭐⭐⭐ —Es con gran orgullo que hoy los productores de olivo queremos otorgarle un reconocimiento por la labor incansable que Nicoló Mazzini representa en nuestra industria Todos estamos sentados en el jardín de la villa Mazzini donde se lleva a cabo el homenaje. El orador mira al Nonno antes de volver a mirar al frente. —Su trabajo, dedicación y esfuerzo lo hacen merecedor de este y muchos otros más Continúa— La asociación de agricultores de olivo otorga la distinción a Nicoló Mazzini por su trayectoria Todos nos ponemos de pie aplaudiendo como locos cuando el Nonno se pone de pie en el escenario improvisado y camina hasta el presidente de la asociación. Marcella salta y aplaude en su vestido azul celeste que la hace parecer una nube. Dylan, Luca y mi esposo llevan sus mejores trajes y aplauden con sonrisas. Dylan chifla ganando un manotazo de Fiorella causándome risa Fabrizio el primo de Demetrious junto al esposo de Aida, Marco imitan el gesto de Dylan haciendo que Fiorella se resigne ante el espectáculo. En el podio, el Nonno recibe la placa. A su lado está Enrico, su hijo que lo ayuda con la misma. Nicoló ya está en una edad que le cuesta caminar y hace poco había perdido fuerza en sus extremidades Superiores. La cadencia de su andar nos recordaba que es muy frágil. Sin embargo, el hombre estaba al cien por ciento de sus facultades mentales. Decía lo que quería y pensaba. Marcella y Nicole, la última, hija de Aida eran su debilidad y las consentía a morir. Nicole era de la misma edad que mi hijo Luca y a diferencia de mi hijo, ella era extrovertida y risueña como su mamá. —Solo quiero decir gracias —Nicoló comienza su discurso una vez todos tomamos asiento—Gracias a la asociación. Todos saben que vengo de una familia que por generaciones se a dedicado a cultivar olivo. Mi padre me enseñó el valor del trabajo—continúa. Demetrious a mi lado entrelaza nuestras manos. La aprieto suavemente—Me enseño lo satisfactorio que es darle vida a la tierra que labras y aún mejor, producir algo tan nuestro. Pero a pesar de todo de lo que hice en mi vida, mi familia es lo que me mantiene hoy por hoy en pie. Asiento alejando las lágrimas. Mío alrededor y veo a Fiorella limpiando sus ojos con un pañuelo junto a mi suegro. Aida y su madre están igual —Hoy por hoy me siento afortunado de tener hijos, nietos y bisnietos que están conmigo— Toma aire—Lo único que me hace falta para ser completo es que el amor de mi vida aún continuará aquí. Viera lo hermosa que es nuestra familia. Que hoy pudiera haber disfrutado de este reconocimiento porque ella fue parte vital de esto. Lucy. Mi esposa, me ayudó a cumplir mis metas y me regalo lo más valioso que tengo. Mi familia. Gracias Con lágrimas en los ojos aplaudo junto a la familia que al igual que yo esta conmovida con las palabras del Nonno. Enrico igual de Emocionado lo abraza antes de ayudarlo a bajar del pódium. Uno a uno nos acercamos a felicitar a el Nonno. Las primeras que llegan son las niñas junto a Dylan y Luca. Rodeado de sus bisnietos el Nonno sonríe y se limpia una lágrima traidora. Deja en manos de Enrico el reconocimiento y se funde en un abrazo con los chicos. —Nonno. Hoy nos vestimos lindas para ti—Nicole habla dando vueltas en su vestido rojo moviéndose en círculos agitando su trenza oscura. A su lado, mi niña hace lo mismo con entusiasmo mostrando a su abuelo lo hermosas que se pusieron para ceremonia. —Ustedes siempre se ven hermosas mis flores de loto —las alaba sonriente mientras pasa su brazo por el hombro de Dylan que sonríe orgulloso —Dejen al Nonno que quiero abrazarlo— Aida habla emocionada y así uno por uno lo abraza y felicita. Cuando es el turno de Demetrious y Fabrizio el Nonno no repara en muestras de afecto. —Este año estamos acabando con la competencia abuelo ¡Te lo dije! —Fabrizio habla. Actualmente él es el encargado del negocio de olivos y por lo que me a contado mi esposo a Fabrizio se le da muy bien. —Deja de fanfarronear muchacho o me la voy a creer—bromea. Todos reímos —Ahora. Vamos a celebrar —Anuncia mi suegra dando una señal y rápidamente el personal contratado por Fiorella se encarga de organizar las mesas y despejar el escenario improvisado para servir el almuerzo. Después de que todo esté listo procedemos a tomar asiento y disfrutar de un ameno almuerzo exquisito. Fiorella se lució con todo. La busco con la mirada y está se encuentra sentada unas sillas más lejos. Cerca de Nicoló. La veo divertida mientras las niñas están fascinadas con el hermoso collar de zafiros que lleva. Fiorella se a mantenido en el buen camino, lleva una vida tranquila y adora a los niños. Atrás quedó la horrenda persona que era cuando la conocí. Ella y Ricardo llevan una vida tranquila y puedo ver qué su matrimonio se fortaleció. —Nicole tiene la misma mirada de Aida cuando pasa frente a una joyería— Fabrizio comenta y todos en la mesa ríen —Es de gusto caros mi niña—Responde la aludida siguiendo la broma. —Marcella y Nicole mantendrán el mercado de joyas activo en un futuro —El esposo de Aida habla. Niego —Lo que mi nena quiera lo tendrá—Demetrious dice a mi lado —Dentro de lo razonable ¿Saben lo que es lidiar con un papá consentidor? La muy bribona sabe que lo tiene a sus pies Demetrious a mi lado ríe en voz baja. Cuando ve mi cara de enojo arrastra la silla donde estoy sentada y la pega más a él. Besa mi cuello —Cómo voy a decirle que no si es mi niña —Pero no la malcríes —Replicó—Amala con locura. Consiéntela con límites Siempre le repito la frase, pero a él le entra por un oído y le sale por el otro. —¿Te dije ya que estás hermosa? —No me cambies el tema— Asevero Me guiña y me da un beso rápido —Está hermosa Mira con aprecio mi vestido blanco de día por encima de mis rodillas, escote cuadrado, sandalias negras de tiras. Mi cabello esta suelto y arreglando en ondas mientras mi joyería constaba de unos pendientes y collar Tiffany hecho de platino y esmeraldas. Un regalo de aniversario de parte de Demetrious. Las manos de Demetrious se podrá en mi rodilla desnuda y me da un suave apretón. —Hay niños por aquí por si no se han dado cuenta —Fiorella dice desde su silla. Demetrious chasquea sus labios. —Diablos mamá ¿En serio? —La mirada de censura en el rostro de mi suegra me parece divertida mientras que Demetrious se remueve incómodo a mi lado La mesa ríe entre dientes antes la incomodidad de mi esposo. El sonido de una copa atrae la atención de todos y encuentro a Nicoló de pie en la punta de la gran mesa observando a todos. —Gracias por este día— Comienza—Me hace feliz tener a toda la familia unida— Alza su copa—Por los Mazzini—Los adultos toman sus copas y los niños sus jugos para unirnos a él en el brindis —¡Por los Mazzini! —coreanos todos. —Ahora que comience la fiesta—Chilla Aida. —Ella si sabe cómo sacarle el jugo a la vida—comenta su marido. Poniéndose de pie la acompaña hasta la pista de baile improvisada y comienzan a moverse al ritmo de la música. Las niñas corren a bailar. Sencillamente nos divertimos como familia.