—Lamento importunarla, majestad—dice, pero me parece que sus palabras están llenas de ponzoña. —¿Que es lo que quieres?—trato de mantenerme tranquila y me obligo a mí misma a no tiritar ante el frío, me concentro en respirar con un ritmo lento, para no permitir que el calor de mi cuerpo escape. —La llevaré con su esposo—me informa, pero a pesar de que sus palabras me aturden, sé que esto no es más que una trampa para Bastian. —Pretendes matarlo—digo y esas palabras me afectan mucho. ¿Qué puedo hacer para que Armand desista de hacer una estupidez? —Usted y yo sabemos que un hombre como él, es peligroso para el reino—dice mientras me arroja una capa más gruesa, una de color roja, un tono muy vistoso y me parece que no es precisamente una prenda adecuada para este sitio lleno de nieve, do

