Matt: Ignore el mensaje y lo elimine automáticamente. Aquella mujer que había enviado el mensaje podía esperar, como yo había esperado por tres años a que volviera. Ahora que mi vida estaba bien establecida no podía darme el lujo de arruinarlo, mejor dicho, dejarlo arruinar por ella. Su presencia desembocará discusiones y lo más seguro era que aún no sabía que mi novia era millonaria; su costumbre de hace años era aprovecharse al máximo de las personas. Con Leila no lo permitiría. La tenía que mantener alejada de nosotros a toda costa. Me encaminé a la sala. Leila hablaba animadamente con Tania, la señora que se encargó de cuidar de ella y cocinarle desde que estaba en la universidad. El reloj marcó las doce indicando que ya era 25 de diciembre. Leila en seguida corrió al cuarto y volv