Leila: Soñaba que estaba en el jardín de mi antigua casa. Allí no había nadie. Solo se escuchaba el rechinar del viejo columpio de madera que un día mi padre puso ahí, como también el crujir de las ramas del árbol. Me levanté y caminé hacia el columpio, era como si este me obligara a ir hacia él. Al llegar lo toque con la mano abierta, sentándome a pesar del miedo creciente en mí. Contemple el jardín verde con las flores que de pequeña cultivaba con mi madre, el cielo estaba de un azul diferente a cualquier día, se sentía más potente y más irreal… Un sonido en la puerta me hizo voltear y sé que, aunque no lo pudiera ver, él está allí. Salió de la sombra que le proporcionaba el marco de la puerta para recibir los rayos del sol. Su sonrisa burlona y asquerosa creciendo más a cada paso