Capítulo 1.

2276 Words
©Jazmin Flores. 2020 Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito del autor. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual. __________________________ ▪️ 1: Ezra Kurt Smith. La azafata miraba al guapo joven sentado en uno de los sillones del avión privado. Era tan atractivo como misterioso, su vestimenta era costosa, parecía todo un caballero, sus ojos se encontraron con los de ella y sintió un escalofrío de excitación recorrer su cuerpo, en un principio pensó que usaba lentes de contacto, pero al verlo más detenidamente se dio cuenta de que no era así. Aquel guapo joven tenía un ojo de un color gris oscuro, y el otro de un tono azul, tenía Heterecromia del Iris. El joven le hizo señas a la azafata y se puso de pie para ir al baño, la mujer sonrío al entender su insinuación y fue tras él, sería una mujer estúpida si desaprovechaba tan buena oportunidad. Después de un rato la azafata salió del baño con un enorme sonrisa en su rostro. Había tenido muchos amantes, pero este joven…uf…era el mejor de todos, estaba tan bien dotado y olía tan bien, eso sin mencionar lo caballeroso que fue. —Gracias por su servicio— dijo el joven al bajar del avión, una de las azafatas sonrió con complicidad y aunque aquel guapo hombre no le dio su número se sintió muy afortunada de haber podido estar con él. Aquel caballero camino por el aeropuerto hasta la salida donde debía de estar alguien esperándolo. Frunció el ceño al ver a la mujer de sus pesadillas con un letrero que decía: “Estúpido arrogante, Ezra Kurt”. Ezra se puso sus gafas de sol y miró a su asistente. —Pide un taxi— ordenó con discreción. —Si señor— dijo el hombre que lo seguía como a una sombra con una maleta y una mochila sobre él. Ezra pasó de largo, aquella mujer le hablaba por su nombre y al ver que Ezra la ignoraba no le quedó más que ir tras él. –¡Infeliz!...¿Acaso ya se te olvidó como leer?– la voz femenina de aquella mujer era fuerte y suave a la vez, algo que irritaba a Ezra por completo. Se detuvo en seco y la miró, ella había cambiado mucho se veía más….llamativa, si, mucho más atractiva, aunque siempre lo había sido, ahora era ridículo pensar que alguna vez fue el amor de su vida. –Disculpa…¿Te conozco?– preguntó Ezra. –Yo quisiera que no, pero lamentablemente si, mi padre me mandó por ti– dijo la joven mientras caminaba hacia él. –Como sabe que eres tan estúpido, tiene miedo que te pierdas. Ezra miró a su asistente. –Ya lo pedí señor– dijo el asistente y guardó su teléfono. –No hace falta, ve a seguir haciendo las tonterías a las que estás acostumbrada, aún no me cabe en la cabeza como es que alguien como tú puede ser la hija de Daniel Wong, ¿Estás segura que no te cambiaron en el hospital?– preguntó Ezra con una sonrisa burlona. Esther Wong apretó los dientes y después sonrió, –Bien, tengo una cita y no quiero perder mi tiempo contigo– dijo y salió del aeropuerto a paso firme sin mirar atrás…. (▪️▪️▪️) 20 años atrás…. –Me alegra que ustedes accedieran a ser sus padrinos– dijo Clarisa con una sonrisa al ver a los dos niños jugar con el agua de una alberca. –Ezra es un niño muy dulce– dijo Audrey mirando en la misma dirección. –Si, lo es, pero es igual de frívolo que su padre, el otro día quería arroparlo y me dijo, “Ya no soy un niño pequeño”, ¿Puedes creerlo y apenas tiene cuatro años?. Audrey sonrió y miró a Ashton que platicaba a lo lejos con su esposo Daniel. –Estos hombres serán nuestro dolor de cabeza. –Por cierto, la semana próxima Ashton y yo queremos hacer un viaje a París solo por dos semanas, ¿Crees que puedas cuidar a Ezra durante ese tiempo?. –No tienes ni que preguntarlo Clarisa, por supuesto que lo cuidaré, ustedes pueden viajar tranquilos. –Te lo agradezco mucho, la familia de Ashton son todos unos interesados, están en pelea constante con mi esposo por el mando de la empresa– dijo Clarisa con un poco de coraje. –Es una pena. –Si, jamás les confiaría a mi hijo– afirmó Clarisa mientras miraba a su pequeño niño. ………. –Entonces, ¿Daniel que has pensado sobre mi propuesta?, tú y yo como socios. Daniel miró a Ashton y sonrió. –Tú ganas conmigo como socio, ¿Yo que gano?– Preguntó Daniel con seriedad. –Contigo todo es un negocio ¿No?. –Solo bromeaba contigo, una asociación me caería muy bien, pero solo con una condición– dijo Daniel. –¿Cuál?. –El cincuenta por ciento de las acciones siempre será para mí familia, en caso de que yo no esté– respondió Daniel mientras miraba a su pequeña hija, –Y por supuesto será lo mismo para ti y tu familia – terminó de decir. Daniel tenía el suficiente dinero como para vivir cómodamente sin tener que trabajar por tres vidas completas, pero aún así algo le inquietaba, el dinero vuelve a las personas ambiciosas. –Yo solo tengo el cuarenta y siete por ciento en acciones de mi empresa, no puedo darte la mitad. Daniel sonrió y negó. –No hablaba de tu empresa, si no de la mía. Ashton lo miró y no entendía por qué Daniel hacía algo así. –¿Qué hay de tu familia?. –Ya lo he pensado mucho, mi hermano Dino tiene su bufet de abogados, mis padres…bueno ellos ya no ocupan la empresa, tienen el suficiente dinero como para vivir cómodamente, el hermano de Audrey tiene su propio restaurante junto con su esposa, y su madre falleció lamentablemente el año pasado, me he preguntado…¿Qué haría Audrey si yo llegara a fallecer? , ella no podría manejar la empresa sola, además esta embarazada, tú mejor que nadie sabe lo que la codicia hace y aunque se que mi hermano la apoyaría no sería lo mismo, él no sabe mucho de negocios, necesito un seguro para ellas y no confío en cualquiera, estoy seguro que tú no las dejarías solas, me has demostrado que eres una buena persona, te considero de mi familia. –Me halaga que me digas eso y por supuesto que no las dejaría solas, al igual que se que tu tampoco dejarías sola a mi familia– afirmó Ashton, –Seremos familia de todos modos– dijo y miró en dirección a los niños. Ezra cuidaba a Esther como un pequeño guardaespaldas, se veían tan tiernos. –Aun tiene que hacer méritos–dijo Daniel y sonrió. Ashton estaba conmovido. Que Daniel le dijera eso era algo de lo que no cualquiera podía presumir, en especial viniendo de su propia boca. En la actualidad… La oficina de Daniel era enorme, tenía un marco enorme pegado en la pared, donde se mostraba una imagen de su esposa Audrey y de él cuando eran jóvenes, era una fotografía de su boda. Audrey parecía un ángel, Ezra miró por el enorme ventanal y sonrió al ver la enorme ciudad de Seúl. Daniel tenía la mejor vista de todas, no era algo que lo sorprendiera. La puerta de la oficina se abrió y entró el hombre al que todos le temían y admiraban. Daniel estaba por cumplir los 58 años de edad, aún así verlo era como ver un enorme edificio imponente y aterrador, con el tiempo borro los tatuajes de su rostro, pero conservo los de las manos y los del cuello. Daniel no quería olvidar su vida pasada, pero después de tener hijos en todo lo que pensaba era en ellos y en su futuro, no se arrepentía de borrar algunos tatuajes y tampoco se arrepentía de haber conservado algunos. –Hijo, lamento haberte echo esperar – dijo Daniel y fue a darle un abraso a Ezra. –No espere tanto– dijo Ezra y correspondió al saludo de Daniel. –¿Cómo estuvo el viaje? – preguntó Daniel mientras se quitaba el saco negro y lo colgaba en un perchero. –Largo. –Le pedí a Ester que fuera por ti al aeropuerto, ¿Por qué no vino contigo? – preguntó él mientras se acomodaba en su silla. Ezra sonrió y se sentó en uno de los sillones de la pequeña sala que tenía Daniel en su oficina. –Dijo que tenía una cita, ¿Sale con alguien?. Daniel miró a Ezra y se rasco una ceja, levanto el teléfono inalámbrico y marcó un número. –¿Dónde está ahora?... Tráela aquí… has lo que sea necesario pero la quiero aquí – ordenó Daniel y colgó, –Esa niña es un dolor de cabeza – Daniel se atrevió a quejarse con Ezra, después de todo era como un hijo para él, de lo contrario no se hubiera atrevido a hacer tal comentario. –Espero tener hijos en lugar de hijas– comentó Ezra mientras sonreía. –Ve a casa, Audrey estará feliz de verte, la reunión será mañana, así que ve a descansar por ahora– ordenó Daniel mientras jugaba con una pluma. Ezra se puso de pie e hizo una reverencia hacia Daniel para después salir de la oficina de presidencia, al salir de la oficina notó el escritorio donde estaba una de las asistentes de Daniel, usaba un uniforme negro y bien planchado, sin duda al señor Wong le gustaba la excelencia, eso era algo bueno. El asistente de Ezra lo estaba esperando en el taxi, se apresuró a abrirle la puerta a su jefe y se subió en el asiento del copiloto. Ezra le dijo una dirección al taxista y se recargó en el asiento, había sido un viaje largo y el cuerpo comenzaba a dolerle ligeramente. –Señor Kurt– dijo el asistente. Ezra tenía los ojos cerrados, parecía que se había quedado dormido, pero cuando el asistente iba a llamarlo una vez más Ezra se enderezó y miró a su alrededor. –Págale al chofer–dijo Ezra y se bajó, mientras su asistente pagaba el taxi él admiró la mansión Wong, era una hermosa casa de color beige, era una propiedad que segúramente valía millones. Ezra caminó hasta la entrada y tocó el timbre, esperó un momento y un hombre en traje negro lo recibió. –Bienvenido señor Kurt, por favor pase– dijo aquel hombre y dejó entrar a Ezra y a su asistente, una sirvienta lo recibió y le sonrió ampliamente. –La señora Wong lo está esperando en la sala. “Audrey” pensó Ezra y sonrió, aunque era como una madre para él, él nunca pudo verla de ese modo, ella era tan bonita y tan amable, era su modelo de mujer, dulce, inteligente, carismática, nada que ver con Esther, fue hasta la sala y sonrió al ver a la mujer que estaba mirando dos dibujos pegados en una pared. –Madre– dijo Ezra. Audrey se giró para ver al joven que llegó y sonrió llena de felicidad. –¡Ezra!, pero mírate, estas muy guapo– dijo Audrey mientras se acercaba a él y lo examinaba con cuidado. –¿Más guapo que mi padre cuando era joven?. Audrey sonrió y lo pensó. –Igual, no más ni menos. –Está bien, aceptó eso, ¿Cómo has estado madre?. –Muy bien, y en unos días estaré mejor, ven siéntate conmigo – dijo Audrey y lo tomó de la mano para llevarlo al sillón más cercano, lo único que Ezra lamentaba era no haber nacido antes, si Audrey fuera joven él la invitaría a salir hasta que aceptara, Daniel tuvo muy buen ojo. –¿Qué ocurre?, ¿Por qué Daniel convocó a todos los accionistas? – preguntó Ezra con curiosidad. Audrey miró a su alrededor y miró a su hijo, –Se va a retirar. Ezra se sorprendió y miró a Audrey. –¿Eso es verdad?, ¿Por qué?... Espera…. No pensará dejarle la empresa a Esther ¿o si?. Audrey sonrió y negó, –No tengo idea, Esther es muy inteligente y capaz, pero… aún no creo que esté lista para ser la CEO de Lingshe. —¿Qué hay de Yun D?. Audrey negó y suspiró, —Dani está enfocado en su carrera de medicina y ha dejado claro que no quiere tener nada que ver con la empresa, él… es igual a su padre. —Entonces…¿Mañana dará el anuncio?. –Así es, ya lo hablamos, tú eres el mejor candidato, pero también está Madeleine Weaver. –Es solo una niña. –No la subestimes Ezra, Madeleine será joven pero es tan inteligente que da miedo. Daniel la respeta mucho, al igual que respeta mucho a William, aun así…no importa quien se quede, espero que quien se quede al frente tenga tu apoyo. Ezra asintió, –Por supuesto, apoyaré la decisión que mi padre tome. –Eres un joven muy comprensivo, al igual que tu madre Clarisa, sin duda ella estaría orgullosa de ti. Ezra se alegró de escuchar eso y al mismo tiempo se sintió un poco melancólico.
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