Observo el amanecer desde la terraza del edificio más alto de la base, siento una lagrimar rodar por mi mejilla pensando en lo que ha sucedió entre Tristan y yo en los últimos días. Desde el día que hablamos en su consultorio todo cambio entre los dos. Él habla conmigo cuando es estrictamente necesario, de lo contrario parecemos dos desconocidos en nuestra propia casa. Ya ha pasado una semana desde que inicie mi entrenamiento, nuestros horarios y el tiempo que pasamos fuera de casa es casi el mismo. Afortunadamente Lisa se ha hecho cargo de Daniel, pero cuando vamos por él para llevarlo a casa el ambiente es realmente tenso. Algo que me afecta de sobre manera y más porque en unas horas debo irme durante tres meses y no quiero irme dejando esta situación como esta. - Teniente Gibson – esc