—No hay nada que contar—expreso pensando que su hermano menor esta en el segundo piso, probablemente escuchando nuestra conversación. —No es verdad, no seas modesta, aquí solo estamos tú yo. Te prometo que nada de lo que me digas va a salir de mis labios—jura levantando la mano izquierda y marcando una x en su corazón como si fuera una niña pequeña. —¿Q-que quieres saber?—digo un tanto nerviosa, aquí no solo somos dos, sino tres, pero supongo que nada de lo que diga le importara a Aidan Mitchell. —Bueno, quiero detalles sucios—expresa mostrando una sonrisa picará—un pajarito me dijo que te vieron entrar a su habitación y cuando ambos salieron, él tenía puesto una ropa diferente y por cierto estaba muy apuesto, bueno, al menos eso me dijeron. Suelto una pequeña carcajada, sabia que