Capítulo 48: Horace Era como si Horace se hubiera despertado en el lado equivocado de la cama. Se despertó sudoroso y sintiéndose fatal, con la almohada completamente empapada. Él jugueteó con un rizo de Ira, que dormía a su lado y corrió a buscar un vaso de agua, tenía tanta sed. Gula le saludó con un «¡Buenos días!» y él refunfuñó algo parecido como respuesta. Luego fue al baño, se echó agua en la cara y se estremeció por el corte en la mejilla. Se lo limpió con jabón y se echó un poco de alcohol puro, lo que le alivió. Estaba todo como apagado, incluso su puntería al orinar. Provocó un desastre y tiró un poco de papel higiénico para limpiar la orina que había salpicado a un lado. Gruñendo, se limpió lo mejor que pudo y fue a prepararse para el trabajo. No se sentía capaz de trabajar h