Los días pasaron rápidamente, pero ni con el pasar del tiempo pudo sentirse mejor, sin nadie alrededor Camila se sentía extraña, por supuesto no era su casa y tampoco su cama, era demasiado grande para ella, aunque tenía el aroma de Julián, no era lo mismo.
Pensaba que aquella horrible experiencia la había marcado de por vida porque al despertar lloraba constantemente, a veces en silencio o incluso con sollozos que inundaban la casa con tristeza y melancolía, la verdad ni siquiera sabia el porqué lloraba con exactitud, si por sus padres, por Julián o era una combinación de todo lo que le preocupaba.
Se sentía sumamente cansada, a veces se quedaba dormida en donde estuviese, ya fuera la estancia, la habitación de Julián o incluso su oficina, de todas las habitaciones de la casa, esa era s
