Chase Baldwin. Le sonrío a mi teléfono cuando le envío el mensaje del día a Vanessa. Hasta hoy solo he recibido una respuesta suya, pero me basta y me sobra con esa, por ahora. Fue abrumador y emocionante a la vez el ver una foto de mis pequeños creciendo en su vientre. Una imagen de la que no entendí nada, porque solo se veían manchas oscuras, pero me bastó para que mis piernas cedieran y mis ojos se llenaran de lágrimas. Todavía la miro cuando pienso en Vanessa, que es casi siempre, a toda hora del día. Mi parte más irracional me dice que debo ir tras ella de una vez y hacer esto que se ha vuelto rutina, de frente. Decirle a la cara todo lo que escribo en esos mensajes, darle en persona todos esos detalles que esta última semana he tenido con ella. Poder vivir juntos esta experienci