Curtis Wood.
La sensación de victoria es adictiva. Y es que, cuando te acostumbras todo el tiempo a ser el vencedor y a que todas las cosas salgan como planeas, jamás quieres dejar de sentir ese efecto.
Aunado a esa sensación de éxtasis, también está el alivio que sentimos. No solo yo, sino muchos de los que estamos involucrados en todo esto. Porque al fin obtenemos algo de tranquilidad después de unos días demasiado tensos, abrumadores y llenos de emociones intensas; que nos mantuvo inquietos con todo lo que se podía desencadenar. Al fin ver que todo está ocupando su lugar, nos da una sensación de paz.
Al menos para mí, aunque no puedo bajar la guardia.
Solo cuando veo al cabrón idiota de Johnson ser llevado a su nuevo hogar, una jodida celda, un lugar frío y solitario, es que sonr
