NICHOLAS Saco del armario unos pantalones de boxeo y me los coloco sobre los calzoncillos en lo que Kristal se coloca las vendas y los guantes. – ¿Me ayudas? –Estira ambas manos y señala las tiras que se usan para ajustar el guante a su muñeca. Coloco la goma de los pantalones y ajusto sus guantes, acariciando su suave piel de camino. –Primero el saco –Doy unos golpes al gran peso muerto que cuelga de la pared y asesto el primer puñetazo. –Vale. Empieza una rutina de golpes secos y decididos, mientras la miro apoyado desde la pared y haciendo algunos ejercicios. Sus movimientos son fluidos, pero seguro que si alguno te alcanza, hará daño. Me sorprendo al ver lo decidida que golpea, y podría decir que verla sudada y haciendo lo que hace, me pone. Por la forma en que