ELLIOT A la mañana siguiente no tenía ganas de aguantar la resaca de mi hermano, pero cuando me desperté estábamos solos los dos y tenía un mensaje de mis padres avisando de que estaban haciendo la compra del mes. Estaba desayunando cuando él bajó, pasó por delante del salón y se frotó los ojos mirándome. Yo me acomodé las gafas y seguí a lo mío. —No les gusta que pongas los pies sobre la mesa —comentó con la voz ronca. —No están, se han ido a comprar. Tómate una pastilla y bebe agua. Se te pasará la resaca. Sorprendentemente me hizo caso y se sentó en el sillón individual algo lejos de mi. Se sentía ese ambiente raro, y miré la hora. Él a esas horas, ya estaba por ahí dando vueltas con Amelia. Le había mandado un mensaje de buenos días como el puto cursi que estaba siendo con ell