Camino por las calles que durante muchos años recorrí, tomo aire y lo saco con pesadez. No sé ni siquiera a que he venido o tal vez sí. Me paro frente a una puerta decorada con flores, estiro la mano para tocar el timbre y esta me tiembla. No sé como quitarme estos nervios de encima. La puerta se abre y unos ojos color marrón me miran con fijeza. Puedo ver como las arrugas han invadido su rostro, esta más delgada de lo que recuerdo. Al verla siento miedo. -Juro que jamás creí que volvería a verte aquí. No digo nada, sólo la miro. -¿Quieres pasar? Niego con la cabeza, estoy cometiendo un error. Camino dispuesta a irme pero me detiene su afirmación. -Haz venido aquí por ella, lo sé. -¿Qué sabes tú de eso? -Más de lo que te imaginas. -¡Tú la envenenaste! La pusiste en mi cont