Al llegar a Grecia me encuentro muy preocupado porque mi esposa no ha comido, ni dormido desde que aterrizamos en Moscú, tampoco logre que comiera y sé que lo que encontraremos será fuerte, temo que Tara no pueda soportarlo y su salud decaiga. Al bajar del avión ya algunas camionetas nos esperan, nos subimos en una de estas que nos lleva al apartamento que tengo en Atenas ya que vendí todas mis propiedades aquí ya que no quería saber nada de esta ciudad. Compré solo el apartamento por negocios, aunque en realidad evitada a toda costa venir a Grecia. Durante el camino ella solo observa por la ventana mientras yo preparo todo para nuestra llegada al apartamento. Cuando lo hacemos Tara se da una ducha cambiándose mientras yo llamo al detective para ir a verlo. - Nena – digo entrando a la ha