Era quizá la quinta vez que Jessie ignoraba mi llamada, ¿Cómo le diría a mi padre que iba progresando cuando ella solo me ignoraba? Acomode mi chaqueta de cuero, una camiseta blanca y un jean no tan ajustado era la mejor opción para parecer despreocupado... Pero no quería verla, tenía mi orgullo, aunque no sabía exactamente como hacer para que ella viniera a mí y no tuviera yo que buscarla, como siempre. — ¡Rogelio! — grite llamando la atención de mi guardaespaldas, él se apresuró a entrar en mi mansión, lo mire desde la barra de la cocina. — ¡Si señor! ¿Dígame, cómo le puedo ayudar? — suspiré y lo mire con gesto serio. — ¿Aún seguimos los pasos de Jessie Lawrence? — pregunte totalmente serio. Rogelio se acercó, le ofrecí una taza de café, que acepto encantado. — Si señor, usted no n