—Sígueme—expreso la mujer con aire sombrío, no como si estuviera enojada, sino más bien como si ambas estuviéramos a punto de entrar a un cementerio. De pronto con las puertas cerradas, aquel lugar se sentía extraño, se podía sentir una extraña vibra, pero no supe exactamente por qué, solo hice lo que me solicito, la seguí hasta una puerta pequeña, no muy lejos del mostrador, la cual abrió y me indico que entrara y por supuesto lo hice. Al dar un primer paso, me di cuenta de que algo amortiguo el sonido de mis zapatos al bajar por los peldaños, así que baje la vista y contemple con mucha confusión lo que parecía ser una alfombra, por supuesto, no era la primera vez que veía o pisaba una, pero era extraño ver un objeto tan ostentoso como ese en un lugar donde únicamente se desempeñaban t