Después del “fracaso” de la cita, David y Luz lo volvieron a planear, esta vez sería algo más sencillo pero más íntimo. Esa tarde Luz bajó con su guitarra a la playa que estaba cerca de su casa y vio a un confundido David tratando de prender una fogata. —¿Necesitas ayuda Canarias? — Preguntó Luz con una sonrisa. Él levantó el rostro y a Luz le hizo gracia verlo todo despeinado y con un rostro de desesperación. —Te diría que todo está bajo control pero… no lo está. Luz dejó la guitarra a un lado y comenzó a ayudarle a acomodar la madera para prenderla. Él la observaba maravillado, en verdad no tenía otra forma de hacerlo, como movía todo y le pedía que le ayudara. Después tomó una de las servilletas de papel que había en la canasta y con cuidado comenzó a prender le fuego. —¿Cómo s