Eran pasadas las 11:00 cuando David llegó de nuevo al piso de Luz para saber como se encontraba. Olvidándose de lo que había pasado hace unas horas y con ganas de ahora si tener una cita con ella. Tocó emocionado la puerta y ella abrió de inmediato con una sonrisa más grande que la que tenía ayer. Su hermoso vestido morado combinado con unas medias negras y unas botas del mismo color del vestido la hacían ver preciosa. David sabía que Luz tenía un cuerpo bonito y aunque no se fijaba mucho en eso, ya que su sonrisa lo opacaba todo, a veces le gustaba observar sus hermosas curvas. —Buenos días. —Buenos días Necedades.— Contestó—¿Te sientes mejor? —Me siento mucho mejor, gracias, y ahora estoy lista para poder ir a la cita que arruiné ayer. —No te preocupes. Él se acercó a ella, l