[SAMUEL] Maia no ha pronunciado ni una sola palabra en todo el camino y sé que esta molesta por mi actitud, pero es que los celos me estaban matando. Sé muy bien que no tengo motivos para sentir celos de nadie, pero al final del día soy solo un humano que se siente inseguro de si mismo. —¿Esta todo bien? —me cuestiona mi suegro cuando Maia entra a la casa como si no hubiese nadie a nuestro alrededor y luego se va a nuestro cuarto. Me detengo un instante y miro a Mateo como si desde ahora le estuviera pidiendo disculpas por lo que está pasando. —Digamos que cometí un error por idiota —expreso sincero. —¿Algo grave? —presiona y niego. —No, pero me tocara aguantar un regaño —digo sarcástico y él tan solo me da un leve golpe en mi espalda. —Suerte con eso, cuando los hombres nos equivo

