Doy un sorbo a mi bebida y miro a Destiny, que cada vez se pone más roja. —Era una mañana un poco nublada, ya que durante la noche había llovido bastante, Destiny estaba afuera de unas oficinas revisando su teléfono, llevaba un traje en color blanco y me percaté de que estaba a punto de recibir un baño de agua sucia, cuando un coche que venía a toda velocidad, pasara frente a ella —doy otro trago a la cerveza—. Me acerqué, la tomé por la cintura, la giré en dirección contraria a la calle y recibí el baño de agua sucia por ella. —¡Oh por Dios! —exclama Chelsea, emocionada—. Eso es increíble, parece una escena de película romántica. —Era mi traje favorito —vocifera Destiny, exagerada. —Me dio las gracias y me fui. —¿Así nada más? —pregunta Chelsea, haciendo mala cara. —Sí —intervi