[OLIVIER] Madrugada del 7 de agosto Tengo su cuerpo amarrado a mis brazos mientras que con la ayuda de mi pie termino de abrir la puerta de esta suite y si bien deberíamos estar agotados después del día tan largo que hemos tenido, la energía es algo que pareciera sobrarnos en estos momentos cuando los “te amo” se repiten una y otra vez a medida que vamos avanzando. La puerta se cierra detrás de nosotros y el sonido de sus tacones resuena sobre el suelo de madera antigua —Me has hecho pasar la velada más romántica de mi vida, gracias— Me dice y vuelve a besarme. —Te mereces lo mejor de mi, del mundo y te juro que quiero vivir para hacerte feliz— Le susurro y bajo de su boca a su cuello para ir besándola lentamente hasta que después me agacho un poco y la tomo entre mis brazos haciendo qu