Christian Tras hablar con mi madre pude volver a mis labores sintiéndome un poco más tranquilo, pero la culpa se mantenía latente y necesitaba hablar con alguien más, un confidente, entonces me di cuenta que no tenía forma de enviar un correo al no haber una computadora, pregunté a Emilio por esto y él me dijo que el padre Ocampo nunca la solicitó, así que me encargué de que enviaran una desde la capital, lo bueno fue que me dieron el aval junto a otras cosas que necesitaríamos y así podría mantenerme en contacto con alguien, quizás de esa forma sacaría un poco esto que sentía. Sin embargo, ayer esperaba hablar con Alma respecto a lo ocurrido y aun cuando ella no se presentó en la iglesia, tampoco pude permanecer mucho tiempo en el despacho al ser llamado para varias reuniones en el pueb