Kael se acerca y le dice algo en el oído a Xavier. —Si te atreviste a tocarla más allá del golpe que tiene en la frente, daré la señal al consejo sobrenatural de dónde estás y dejaré que todas las manadas vengan a destruirte. En esa guerra, ninguno de ustedes sobrevivirá; me encargaré personalmente de ello. —Desátenla —ordena Xavier a sus secuaces. Uno de ellos se acerca y le quita la cinta de la boca y las cuerdas de sus manos. Osman la sostiene cuando ella intenta correr hasta su hermano. Su llanto desesperado aturde a Kael, por lo que pide a su beta que la saque de la habitación y la lleve hasta el ascensor. —Me llevaré también a su hermano —dice Kael—. Encontraré tu cargamento y lo traeré en tres días. Pero si vuelves a acercarte a ella o cualquiera que tenga que ver con su círcul