Katrina
Estaba feliz hasta que lo olí. Olí a mi padre y a mi hermano Mijail pero los olí de una forma extraña. Salí corriendo de la mansión de Duriel sin mirar si alguien me seguía o no. me dirigí hasta donde olía a mi familia y lo que vi me espantó. ¿Cómo es posible que mi padre estuviera en el suelo sangrando? Y mi hermano riéndose de él.
- ¿Qué has hecho idiota?
- ¡Oh! Hola hermanita, saluda a mis amigos.- detrás de él un montón de vampiros y demonios vienen hacia mi.
- Traidor, para que se quieren enemigos cuando tu propio hijo te traiciona.- miro mejor a mi padre cuando me doy cuenta de que la sangre no procede de mi padre sino de mi hermano Kail y es entonces cuando mi mundo se viene abajo. Lagrimas caen sin control por mis mejillas, mis piernas flaquean y suelto tal grito
