—Me di cuenta —dice dándome un beso. —Que no podría vivir sin ti —me da otro beso. —Que eres la aventura que quiero para toda la vida —me vuelve a besar—. Y quiero que me ayudes a no ser tan imbécil. Sonrío y paso mis manos por su cuello. —Eso va a ser muy difícil —lo acerco a mí y comienzo a besarlo, me quita el camisón con prisa y sonríe al ver que no traigo ropa interior. —Parece que llegue en el momento indicado. Me besa ansioso, yo trato de quitarle la camisa pero con lo relajada que me siento por el alcohol, me cuesta mucho trabajo desabrochar los botones, él me sonríe y se pone de pie. —Creo que tú champagne te relajó lo suficiente. Se quita la ropa y me lanzo a sus brazos desesperada, sé que estoy enojada, pero tenerlo aquí sonriéndome de esa manera tan especial, me hace olv