Soy un maldito indeciso, sí, y creo que la mayoría de las personas a mí alrededor opinarían lo mismo, además, de que algunos encima querrían darme un zape en la cabeza para ver si termino de colocar las cosas en su lugar. No sé cómo sentirme respecto a ese “te quiero” que Gina había soltado, dejándome mudo e incapaz de hacer o decir algo medianamente coherente. Afortunadamente, ella sólo fue al baño y al volver, comenzó a hablar de temas triviales como si nada hubiese pasado, cosa que le agradezco sobremanera. Ella lo había tomado de manera filosófica y natural, como si acabara de mencionar el clima. Pero se veía aún más afable y encima me dió tiempo de respirar y calmarme, porque la verdad por más que le diera vueltas a la cabeza, no hallaba el sosiego que necesitaba. ¿Debía respond