Aún llovía. El pronóstico del clima anunció tres largos días de lluvia y ese era el primero, Regina tenía una expresión apesadumbrada, le dolía el pecho y no sabía qué podía decir. Estaba fatigada, tanto física como mentalmente sufría un fuerte agotamiento, le dolía la cabeza y se sentía irritada. La hipnotizaron para olvidar a Clara, ¿cómo fue que jamás lo notó?, entre más lo repetía menos sentido tenía, porque se casó con Leo y nunca, ni una sola vez, se le ocurrió preguntar por Clara. ¿Acaso tenía sentido? Debió saber que algo no estaba bien, debió hacerlo… Leo tomó la mano de Regina – basta – le dijo. Solo entonces Regina entendió que había formado un puño con la mano derecha y estaba golpeándose la cabeza – me duele. Leo suspiró – la doctora dijo que necesitabas mucho descanso

