Una de las cosas que más me gustaron de los amigos de Leo, fue que ellos no estuvieron ahí antes, no conocieron a Sabrina, ni me miraron en mi peor momento. Cuando me etiquetaron como la “falsa princesa” Ellos no conocieron a la hija marginada, ni a la amiga ignorada, solo a mí, Regina, la millonaria y la mujer en quien Leo confía. Fue una sensación de poder que no había experimentado antes. El dinero que necesitaban no era mucho, de acuerdo a lo que me dijeron, Quantum era una empresa de bajo riesgo, cualquier persona podía adquirir acciones de compañías diversas y generar un salario extra, lo que ellos necesitaban, era una persona dentro que les ayudará a comprender su forma de trabajo. – Les haré un cheque – solté. – Tiene que ser en efectivo – dijo Cristián – los cheques dejan rast

