Capítulo 1

2878 Words
Aterrizamos en el aeropuerto de Viena – Schwechat a las 22:00 del miércoles 3 de diciembre. Mi hermano me sujeta por la cintura y yo lo único que sigo deseando es practicar mi auto-homicidio; lo digo en serio, he dejado a Miles Cannigham en Escocia suplicándome hablar y aclarar las cosas. Pfff... Hubiese querido que me dijera todo eso antes de dejarme plantada, antes de decirme un sinfín de barbaridades en las cuales me hizo sentir como una tonta, sé que Miles tenía sus dudas acerca de mi oficio pero creo que la mejor forma de aclarar sus dudas era que me lo preguntara. Me molesta lo que ha pasado, no soy una mujer que se deja llevar por emociones imprecisas pero en este momento lo único que quiero hacer es asesinar a ese profesor escoces amargado que me ha lastimado. Porque si... Por primera vez puedo sentir que me han roto el corazón, creo que esto es pero que cuando Draco me traiciono un atrás pero aun así; Miles Cannigham está en mi lista negra. Le he pedido que me persiga, que me busque si realmente me ama pero tengo tantas dudas acerca de lo importante que soy en su vida. Es decir, sabía quién era yo desde que cruce la puerta de su seminario, me miro furioso desde el primero momento y yo como una boba nunca ver sus intenciones. ¿Para qué vengarse? ¿Qué es lo que realmente piensa que le he hecho para merecer su irracional odio? Soy la mujer perfecta, soy extremadamente inteligente, inocente y una simple estudiante de literatura amante de las golosinas; y de mi querido Zess por supuesto. Miles tendría que haberme valorado un poquito, aunque claro también fue mi culpa por no querer involucrarlo. Tan tonto pero aún así lo perdono y lo quiero a mi lado, ¿debería de regresar?  No. Rhoesia, concentrate. -¡Princesa! – mi hermano me llama. Por supuesto, Cedric no me lo pondrá fácil y tampoco a Miles, no quiero que el profesor pase por nada a causa de mi hermano. -¡Rhoesia, princesa! — pfff... Rápidamente dirijo la mirada hacia él quien en compañía de Vladimir, primero al mando en la división Verfuhrung Gruppe (Grupo Seducción); y todos a simple vista sabemos porque tiene ese cargo. Vladimir es alto, cuerpo musculoso, un rostro perfecto digno de los dioses y sobre todo la sonrisa que se maneja. Me encantaría que fuese novio de Zess. Claramente, mi querido amante odiaría la idea aunque solo se la mencionara. -Jefa, espero tuviera un vuelo tranquilo. – se dirige ante mí con su sexy acento noruego. Tenemos a los chicos más guapos. -Hola Vlad, ¿Te has divertido? ¿Has hecho cositas? – arqueo ambas cejas, recibo la reprimenda injusta de parte de Zess quien no sé cómo ya se encuentra a mi lado. -Me he encargado de todos los asuntos que me encomendó. – me guiña un ojos. Mis mejillas se acaloran y mi corazón hace Pum Pum Pum. – Sin embargo, le tengo una sorpresa así que por favor si puede pasar después por la unidad le aseguro que le encantara. – comienzo asentir como bobita. -No te pases Vladimir, la jefa no está para jueguitos. – ruedo los ojos ante la voz de Zess. -No te preocupes Zess, es solo que todos estamos muy felices de tener a nuestra adorada jefa con nosotros. – me sonrojo, simplemente aunque quería alejarme de todo esto... la Organización es parte de mí. -Les he echado mucho de menos. – lloriqueo. ¡Estoy sentimental! ¡Todo es culpa del mendigo Miles Cannigham! -¿Has traído lo que he ordenado? – mi hermano finalmente habla, me observa con una sonrisita y yo sé que planea algo. -Por supuesto, una dotación de chocolates fabricado en la mejor tienda chocolatera de Bélgica. Lugar que a petición de nuestro jefe ahora pertenece a la Organización H. – Vladimir me entrega una caja preciosa con el símbolo de nuestra Organización en letras doradas. Al abrirla mi corazón se emociona, y más que mi corazón, es mi estómago que ruge como un león al sentir el delicioso olor de los chocolates. Sin pensarlo agarro uno y me lo llevo a la boca. -Mmmmm.... Aaaaah.... Mmmmmm.... Siiiiiiii.... – están deliciosos. Me encantan. Cierro los ojos sintiendo a profundidad el sabor dulzoso. – ¡Oh, Dios! ¡Siiiii! – están exquisitos. Saboreo cada parte de los chocolates. – Ah, Dios, mas... ¡Siiiiii! – esta deliciosos. -Jefa, por favor, somos más los presentes y el líder está aquí. – escucho a Zess a mi lado, me arrebata los chocolates e inmediatamente me quejo. -¡Devuélvemelos! – gruño. Le quito la caja y salgo corriendo. No me silenciara. Zess comienza decir una serie de improperios en lo que corre detrás de mi, creo que le cambiare el nombre a mamá. -¡Cariño ten cuidado! – escucho a mi hermano que felizmente se despide con la mano. – ¡Zess deja a mi prencesa en paz, ya mucho a tenido que pasar y ahora tiene el corazón roto! – mi hermano me ayuda. -¡Pues que este roto pero que no se detenga! – grita Zess. Y en cuanto lo dice, como si llamando a la maldad, mi reloj comienza a pillar con fuerza y de pronto ya me he cansado. Me detengo inmediatamente. Me llevo la mano al pecho cuando un dolor increíblemente fuerte me ataca como si quisiera matarme. No entiendo esto, no entiendo esta enfermedad o lo que sea que esté sucediendo con mi corazón. -Rhoesia, ven aquí. – Zess me sujeta rápidamente atrayéndome a su pecho para que no pueda caer. Mi corazón se siente presionado de una forma extraña, es un dolor muy asfixiante. -¡Maldición! ¡Rhoesia! – la voz de mi hermano es un gruñido y en menos de lo que pueda pensar está a mi lado. – Rhoss, mírame, ¿estás bien? – me arrebata del regazo de Zess y me abraza a su cuerpo, comienza a asfixiarme con su enorme cuerpo y solo me trae recuerdos de cómo me escapa a matar con sus abrazos. -Estoy bien, solo ha sido un dolorcito. – me encojo de hombros. Me separo levemente de él pero no me deja. – Cedric me estas asfixiando moriré por ti que por este dolor. – me rio, el niega. -Te llevare al hospital a que te hagan una revisión y te den medicina. – suelto un bufido, que va con los hombres de mi vida y los hospitales. -No te preocupes ya Zess ha controlado todo, el lleva mi dieta, mis medicinas y le han informado todo lo que tengo que hacer para estar estable. No necesito un medico, sólo necesito a Zess. – le explico, Cedric vuelve a ver a Zess y mi adoro amante solamente me sonríe pero está preocupado. Siento que no puedo respirar. Vuelvo a ver a Zess quien me comprende, creo que mi amante está aguantándose reñirme para primero volverme a la vida. Mi hermano nos observa y termina resoplando. -Confiare en ti Zess. – dice mi hermano con tono tosco. -Lo agradezco jefe. – le responde. Se acerca a mí y sujeta mi rostro. – Hazlo conmigo. – asiento. Mi amante mira fijamente, entrelazamos la mirada. – Uno... Inhala... Dos... exhala... - me indica. Hago tal cual me lo dice haciendo que mi respiración comience a controlarlo. – Uno... inhala... Dos... exhala... - repetimos el proceso un par de veces más hasta que mi respiración vuelve a la normalidad. -Te amo. – digo con chulería. Mi amante rueda los ojos. – Me hieres. – termina riéndose, me acerco para darle un pico pero él se aparta. -Respete. – espeta. Ruedo los ojos. Lo desea, yo sé que sí. – El jefe está presente. – termina. Vuelvo la mirada hacia mi hermano que se ha mantenido callado, nos observa con seriedad y pareciera que quiere decir algo. No dice nada y al final se da la vuelta para irse. Me ignora totalmente, Cedric hace eso, un momento está bien y de ahí me evade. Espero que no perdamos el buen rollo que teníamos en Escocia. -Tengo trabajo atrasado. Zess necesito que me informes de todo pero primero lleva a Rhoesia a casa, que descanse y esté preparada. – dice a espaldas. Ruedo los ojos. Siempre tiene que agradarse dando órdenes. – Rhoesia. – se detiene y me vuelve a ver. – Bienvenida a casa. – sonríe y seguido se va. -¡Te amo! – le grito. Sinceramente le he echado mucho de menos pero que yo esté aquí no quita el hecho de que Cedric siempre este trabajando, ciertamente somos muy unidos y nos amamos mucho pero tenemos nuestros pasatiempos y obviamente desde que hace cuatro años me dejara a cargo de Zess creo que su papel como hermano protector se ha visto ocupado por mi bello amante. No me molesta. Zess y yo tenemos una conexión enorme y aunque a Cedric algunas veces le ha provocado celos al final acepta mi amor por Zessarin debido a la historia que nos unió. En fin, mi vida recobrara su camino ahora que estoy de regreso en Austria. Retomare mi trabajo en la organización y si pidiéndole a todos los cielos que mi corazón se mejore, esperare por la persona que verdaderamente se ha apropiado de mi corazón. Miles Cannigham.  Las instalaciones de la Organización Husher son lo de siempre, edificios futuristas con la mayor y alta calidad en tecnología; como siempre mi hermano se ha esforazado en tener lo mejor de lo mejor y mantenerse como el amo y señor de toda Austria. Somos un grupo mas grande de lo que puedan imaginarse, esta organización fue fundada desde que mi abuelo se hizo cargo del negocio y sucesivamente mi padre y ahora mi hermano y yo, por supuesto que al ser mujer pensarían que mi familia me había dejado de lado pero no es así. Aprendí mucho de mi hermano, me hacía sentir orgullosa escucharle hablar de soluciones para negocios en pronta quiebra y también escuchar sus planes para crecer a un más en todos los sentidos. Quería aprender de él, y lo hice, logre aprender tan pronto comencé a sentir el interés pero aun así no me involucraban en los negocios por mi corta edad. No fue hasta que eso pasó... ¿Debería de traer esos recuerdos? No, lo mejor es olvidar aunque estoy segura que Cedric aún resiente muchas cosas y sobre todo las decisiones que tomo gracias a nuestros padres. -¿En qué piensas? – pregunta Zess. Me hace girar, sujeta mi muñeca, checa mis signos vitales y definitivamente estoy viva. -En como la tierra definitivamente no es cuadrada. – respondo con un suspiro. Rueda los ojos y me lastima. – ¿Dónde está Cedric? – Zess frunce el cejo. -El jefe está en su oficina y ha pedido no ser molestado, no quiere a nadie cerca de su oficina. – resoplo, no ha cambiado mucho desde entonces. -Mi hermano morirá joven, me ama pero temo que no podre disfrutarlo por mucho tiempo si sigue excediéndose con su trabajo. -Desde que me uní a la Organización no recuerdo ningún momento en el que el jefe no esté trabajando, me ha apuñado con trabajo y me ha dicho que por el momento sea Carpenter o Raven quien le acompañe en sus labores o en lo que usted decida. – frunzo el cejo, Cedric no puede simplemente alejar a Zess. -Agh, mi hermano y su forma de creer que hare lo que él quiere, debería de pensar un poco mas en mi y menos en él. -Debo decir que me sorprendio mucho que el jefe se tomara el tiempo de viajar a Escocia e ir por usted, hay algo que no entiendo pero seguramente solo son ideas mias. -¿A que te refieres? – llama mi atención por completo. -¿Por qué te envio a Escocia en primer lugar cuando a los meses regresaría por ti? – aprieta los puños y no entiendo muy bien la razon. Mi hermano no es precisamente perfecto pero sus razones tuvo. -No cuestiono a Cedric con las deciciones que toma, ya lo hice una vez y todo termino muy mal entre nosotros. – me encojo de hombros. No le dare importancia, creo. – No hagas una tormenta en un vaso con agua, recuerda que quien quería dejar la Organización era yo. -¿Aunque usted sea la próxima heredera? – pregunta con una ceja arqueada. Niego. Eso no tiene nada que ver. Como dije las decisiones de mis padres fueron tontas, Cedric y yo ahora estamos mejor, mi hermano está tratándome mejor, me cuida y me protege. No pienso en nada más. -Recuerde que fue a usted a quien sus padres eligieron como sucesora de la Organización Husher. – resoplo, mis padres tampoco es que fueran los padres del año para decir que tenían razón en algo. -Cedric es el líder de la Organización y así seguirá siendo, mis intereses han cambiado y lo único que quiero en este momento está en Escocia seguramente siéndome infiel. – entrecierro los ojos. Miles Cannigham estaré observándote. -Pienso que el profesor Cannigham es libre de estar con la mujer que él quiera. – se encoge de hombres. –Agh, me pregunto con qué chica estará bien, seguramente será hermosa ya que un hombre con la imponencia de él tendrá que necesitar una buena mujer. Nuestro profesor Cannigham, ha crecido tanto. – resopla. Mmmmm... ahora entiendo. -Miles Cannigham... Si me engañas... no encontraras ningun lugar donde esconderte. – aprieto los puños. -Tonta, es hombre está enamorado de ti, no me agrada del todo pero algo si sé. – se rasca la barbilla. – Es el único idiota que ha sido capaz de ir tras de ti cuando el jefe está contigo, y eso ya lo hace impresionante, Miles Cannigham es un hombre que no sabe siquiera como sostener un arma pero aun así quiso ayudar. Lo matare en algún punto pero ahora pienso que está bien que exista en este mundo, me divierto con él. – aaah, así que al final si le gusta el profesor C. -¿Te gusta mi novio? – entrecierro los ojos. No, no y no. Amo a Zess pero a Miles Cannigham no se lo puedo entregar ni compartir, fue bastante difícil hacer que ese hombre se decidiera por mí así que no pienso dejarlo en paz. Claro, por ahorita él tiene que hacer sus movimientos antes de que volvamos a reunirnos. ¿Debería de enviar a Raven a que lo cuide? Si, quizás debería y de paso que Raven cuide de Claude, que le enseñe lo básico así Miles no tendrá que correr peligro. Miles es un buen hombre que no tiene idea alguna de lo que significa trabajar en el bajo mundo y eso ya lo hace malo. Miles en este momento estará pensando lo peor de mí y de nosotros pero no somos una Organización que asesina personas a diestra y siniestra, no, no somos así pero son cosas que primero tengo que hablar con Miles y explicarle. ¿Debería de regresar? -¡No, Rhoesia se fuerte! – me animo a mí misma. -¿Eh? – pregunta sin entender. Volveré... lo necesito. -Nada, nada, solo pienso en cómo ayudar al medio ambiente. – me encojo de hombros. O, en el peor de los casos bajo la mirada de Cedric sera mejor que no salga, definitivamente tengo que enviar a alguien, a una persona en la que yo confíe y pueda ayudar a Miles. -¿Qué piensas? — insiste, le miró fijamente y la mente se me ilumina. -¡Cierto! No confío en nadie que no sea en ti, Zess eres realmente la persona más inteligente que conozco. – le tomo por los hombros. Zess entrecierra los ojos. –Tengo el trabajo que te cambiara la vida. — mi felicidad es grande y extremadamente exagerada. -Me niego a viajar y cuidar al señor Cannigham. – responde con claridad. ¡Agh, como lo supo! Mis esperanzas caen. -¿Y a quien piensas que envié? ¿Crees que confío en alguien? – pregunto más que indignada. –Zess, imagínate yo estoy aquí con el grupo con los mejores agentes del mundo y el profesor Cannigham está en Escocia solito y sin mí. – mi tristeza no lo conmueve para nada. -Me ocupare de la seguridad de Cannigham y enviare a alguien de mi confianza, pero en este momento no puedo dejarte. Rhoesia, yo no te traicionare. – advierte con voz fuerte y clara. Suspiro. -Confío en ti, no hay nadie en este mundo que merezca mi confianza más que tu. – sonrío complacida. –Te encargo a mi futuro esposo, todo lo que pueda dañarlo a él, me dañara a mí. Miles es mi único amor, ¿entendido? – Zess asiente con una mueca. Miles Cannigham, aunque me cueste la vida compensare el haberte dejado y lastimado de la forma que lo hice. No recuerdo con claridad, pero si estoy segura que mis sentimientos por ti en aquel entonces eran verdaderos, tanto como lo son ahora.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD