Erika
—¿Qué es lo que pasa? —Me pregunta Daniel.
—Nada es solo que me siento rara, me siento realmente ridícula.
—Aún no comprendo el motivo, Erika.
—Porque vine solo a verte y quiero que me des unos besitos —le digo mientras hago puchero.
—Claro que te daré todos los que quieras, mi amor.
Daniel besa mi brazo y sube hasta mis mejillas, pero eso me hace reír mucho.
—No hagas eso, me da cosquillas —le digo y él ríe.
—A mí me causa otra cosa —me dice mientras arquea una ceja.
—Daniel, ¿de qué estás hablando?
—Tú eres la que pensó mal, yo no dije que me hacía sentir otra cosa, pues me causa nervios. Por eso eres mi pequeña diablilla.
Le doy un último beso a Daniel y me voy a mi oficina, no quiero que alguien nos descubra.
Llegó a mi oficina, pero me doy cuenta de que tengo que sac
