Amores Inesperados ❤️

Capítulo 1❤️

Capítulo 1

Narra Lisa

Mis ojos me devuelven la mirada a través del espejo, el disgusto que siento al verme no tiene límites, en un impulso de ansiedad muevo mi cuerpo hacia la cocina buscando con desespero algo que me satisfaga, mi vista se encuentra con un pastel y helado por lo que lo tomo comiéndolo salvajemente, luego de eso vuelvo a mi habitación sintiendo el arrepentimiento calar por todo mi cuerpo, me doy asco no puedo parar de sentirme fea.

Corro hacia el inodoro metiendo mi dedo en mi boca y expulso todo lo que comí, sintiéndome miserable.

Mi cuerpo se siente débil, por lo que sin poder detenerlo mis ojos se van cerrando hasta caer en la inconsciencia.

(...)

Despierto sintiendo mi cuerpo muy débil, abro los ojos arrepintiendome en el proceso por la cegadora luz y miro a mi alrededor captando a Rebeca, mi padre, y mi hermano quienes no quitan sus miradas preocupadas de mi.

—¿En dónde estoy?

Cuestiono fijando mi mirada en mi padre quien me observa con tristeza.

—Estás en el hospital hija.

Afirma este alarmandome.

—¡¿Que?! ¡No! sácame de aquí, papá, no quiero estar aquí ¿por qué me trajiste?

Cuestiono desesperada.

—Por que te desmayaste Lisa, lo mejor es que te envie con tu mamá a los Mochis.

—No papá, por favor, ¡no lo hagas! Yo no he convivido con ella... es capaz de encerrarme...

Suplico bajando la mirada.

—Lo siento lisa, es lo mejor que puedo hacer para mantenerte a salvó del peligro que representa el patán de Óscar.

—Yo me iré con ella, no la dejaré sola—afirma mi hermano haciendo que le dé una ligera sonrisa.

—Rebeca, di algo, no dejes que papá me aleje de ustedes.

Suplico en su dirección pero mi madrastra comienza a llorar.

—Lo siento mi niña sabes que te amo pero es por tu bien, tu padre tiene razón pues también la familia de el es peligrosa.

Menciona llorosa.

—Mañana se irán con su madre, me duele separarme de ustedes pero es lo mejor para ti princesa, van a cambiar de número de celular, luego les mandaré sus coches.

Horas después me dieron de alta, nos fuimos a casa para alistar nuestras cosas ya que mañana mi hermano y yo nos iríamos con mamá.

Suelto un suspiro pensando en ello, alomejor no es mala idea ir a vivir con mamá y su familia. La última vez que la vimos fue cuando vinieron a mi cumpleaños y de mi gemela Lisseth número quince.

Me acuesto a dormir tratando de no pensar tanto en eso. Al siguiente día me despierto y me dirijo al baño para tomar una ducha, minutos después salgo envuelta en una toalla, agarro ropa interior y me la pongo, después busco ropa cómoda, y me decido por una blusa roja, un pantalón de mezclilla y unos Converse.

Al salir de la habitación me encuentro con mi hermano y mis ojos se llenan de lágrimas.

–No me quiero ir hermano—le digo con tristeza.

Bajando la mirada.

—Yo tampoco hermanita, pero es por tu bien, ya no puedes estar aquí tenemos que protegerte mi niña—dice abrazándome.

—No llores Lisa odio verte así no me gusta que sufras...

Dice al sentir mis sollozos en su pecho.

Asiento limpiando mis lágrimas y ambos nos dirigimos hacia el comedor donde se encuentran Rebeca, Mi papá, mi hermanita Angie y mi hermanastra Regina

—Ya hablé con Sonia, no le dije lo que realmente está pasando, solo le dije que se quieren ir a vivir para allá, para convivir más con ella.

Menciona haciendo que ruede los ojos.

Claro, no le dirás a tu ex que no cuidaste bien a su hija y por ello tiene tantos problemas que lo más fácil es dejarla con ella.

Bien papá.

—ok papá—responde Héctor mirándome de reojo.

Desayunamos tranquilamente y al terminar salimos con Regina y nuestros amigos, estuvimos casi todo el día con ellos, no podía dejar de llorar, no quería despedirme de ellos.

Sin embargo luego de eso fuimos al cementerio a despedirnos de Santiago.

—Adiós hermano, cuídanos dónde quiera que estés, te queremos—dijimos.

Mi hermano y yo nos abrazamos, llegamos a la casa mi hermano y nos encerramos en nuestras habitaciones. Horas más tarde papá, Rebeca, Regina y Angie nos dejaron en el aeropuerto, nos despedimos de ellos llorando, porque sin duda, no era un cambio fácil para nosotros.