Encuentro Inesperado
Capítulo 1
En los últimos días mi vida había dado un giro inesperado, me habían despedido de mi empleo, mi ex novio me había terminado, no tenia dinero para el alquiler de la renta y ahora me encontraba aquí, frente a una cafetería con la intención de gastar los últimos dólares que traía en mi bolsillo, pero estaba cansada. Había recorrido casi media ciudad en busca de un nuevo empleo, me puse mi mejor conjunto sastre con abrigo, y unos zapatos de tacón ¡Error! Era una tortura caminar estas cosas y ni si quiera había conseguido una sola entrevista de trabajo.
La suave melodía del tintineo de la puerta anunció mi entrada a la acogedora cafetería "El Refugio del Café". Con mi fiel compañero, un periódico enrollado bajo el brazo, busqué un rincón tranquilo donde pudiera sumergirme en la sección de anuncios clasificados mientras disfrutaba de un reconfortante café.
Tomé asiento en una mesa cerca de la ventana, permitiendo que los rayos del sol filtrados iluminaran la página del periódico. La atmósfera impregnada de aroma a café me envolvió, creando un ambiente perfecto para sumergirme en las noticias del día.
Mientras hojeaba las páginas, absorta en titulares y columnas, el mesero, un joven amable con una bandeja en mano, se acercó a mi mesa. Depositó un café humeante frente a mí y una pequeña nota. Sus ojos chispeaban con complicidad mientras me indicaba con la cabeza la dirección de un hombre apuesto a dos mesas de distancia.
Intrigada, desenrollé la nota y leí: "Un pequeño regalo para alegrar tu día. Disfruta del café cortesía de un admirador que aprecia la elegancia de la lectura. —A."
Miré hacia la dirección indicada y mis ojos se encontraron con los de un hombre apuesto de cabello oscuro y mirada penetrante. Su sonrisa sugería un encanto inconfundible, y por un momento, me sentí halagada por el gesto.
Decidida a expresar mi gratitud, llamé al mesero y le pedí una pluma. En una hoja del periódico, escribí: "Gracias por el café, pero por ahora no estoy buscando citas. Estoy enfocada en encontrar trabajo". Le mostré la nota al mesero antes de que la entregara.
El mesero asintió y llevó mi mensaje al misterioso caballero. Observé mientras él leía mi respuesta con una expresión de sorpresa, seguida de una sonrisa cómplice. Mi atención se centró en el periódico, intentando retomar mi búsqueda, cuando de repente el mesero regresó con otra nota.
Abrí los ojos atónita, este juego de mensajitos se estaba poniendo divertido.
Esta vez, el mensaje decía: "Entiendo tu enfoque. ¿Qué te parece si discutimos oportunidades de trabajo? Mi empresa siempre está en busca de mentes brillantes. —A.
Al leer esas palabras, mi sorpresa rivalizó con mi curiosidad. ¿Cómo podía haber transformado un encuentro casual en la cafetería en una posible oferta de trabajo? Mis pensamientos se mezclaron con el aroma del café mientras contemplaba la nota, la comisura de mi labio comenzó a temblar un poco nerviosa, estaba demasiado emocionada, no me lo creía, no podía ser verdad tanta suerte, era casi como una película romántica solo que esta vez yo era la protagonista y ese hombre que ahora clavaba su mirada en la mía haciendo que todo mi cuerpo se tensara era mi chico guapo, mi protagonista.
Pero todo era demasiado bueno para ser cierto, mi hombre guapo de pronto recibió una llamada, estuvo hablando por unos minutos mientras no apartaba la mirada de mí, hasta que colgó, se puso de pie, dejó unos billetes en la mesa y se fue, por supuesto, no sin antes dirigirme una coqueta sonrisa.
Sentí como todo mi cuerpo se empequeñecía en ese momento, como era posible lo que me acababa de ocurrir, pedí un croissant, tome mi café de prisa y pedí la orden, necesitaba continuar con mi búsqueda de trabajo si o si, las fechas navideñas ya se acercaban y no quería llegar a casa de mis padres con las manos vacías. Ellos esperaban mucho de mí y no quería decepcionarlos.
Ellos creían que yo era una abogada exitosa, y lo fui, antes de que me despidieran por recorte de presupuesto, ¡Dios Santo! ¿Que no pudieron esperarse hasta que terminara el año para hacer su recorte?
La tarde se deslizaba lentamente hacia el ocaso cuando salí del elegante restaurante, mi corazón pesado con la carga de una esperanza que se había desvanecido. La entrevista de trabajo que tanto anhelaba se había convertido en una ilusión efímera, y ahora, con pasos cansados, me dirigía a casa con la decepción como única compañera.
Fue entonces cuando el mesero, un joven amable que había notado mi desánimo, se acercó con una nota en la mano.
—Esta es para ti, señorita. Un cliente me pidió que te entregara esto antes de que te fueras —dijo con una sonrisa comprensiva al entregarme el papel.
Abrí la nota con cautela, y mis ojos leyeron las palabras escritas con cuidado: "Lo siento por la mala noticia, pero tal vez este número pueda ofrecerte nuevas oportunidades. —A".
Una mezcla de sorpresa y gratitud llenó mi ser. Busqué alrededor, pero no pude identificar al misterioso benefactor. Al guardarme el número en el bolso, sentí un destello de esperanza en medio de la desilusión.
Ahora tenia muchas preguntas en mi cabeza, ¿Quién era ese hombre atractivo y misterioso? Y si era algún mafioso o algo por el estilo y solo quería secuestrarme, ¡Concéntrate, Isabella! Me regañe internamente, pero es que no sabía su nombre, bueno el tampoco sabía el mío, entonces por ahora estábamos a la par de circunstancias.
Mi departamento se encontraba cerca del centro de Nueva York, no era tan costoso, en eso habíamos tenido suerte mi compañera y yo, el dueño amablemente nos había hecho un descuento, me encantaba vivir aquí sobre todo en esta época tan colorida, no se comparaba en nada con el calor que hacía en California.
Mi compañera de apartamento era mi mejor amiga de la escuela Sherlyn, trabajábamos en el mismo bufette solo que ella no tuvo la misma suerte que yo, cuando llegué ella estaba sentada en el sofá con el uniforme sastre del trabajo, los zapatos en la alfombra, era una señal de que al igual que yo venía llegando a casa.
—¿Encontraste trabajo Isabella? —Me preguntó con curiosidad, luego su boca se torció en un puchero al ver la expresión de decepción en mi rostro.
Exhale.
—Nada… En estas fechas nadie esta contratando, tengo muy mala suerte —Me deje caer en el sofá a su lado —. Solo obtuve esto —Saqué la tarjeta que el mesero me entregó antes de salir del restaurante,
Sherlyn me arrebató la tarjeta de mis manos para verla mejor.
—¿Quién es A? —Preguntó confundida.
Me encogí de brazos.
—Estaba tomando un café en una cafetería del centro, un hombre misterioso me envió un café y está nota, ¿Crees que sea mentira? Él era demasiado apuesto y…
—¡Y lo enamoraste con tus encantos!
No pude evitar esbozar una sonrisita. Me alegraba saber que podía interesarle a un hombre tan guapo como él, hacía que se me olvidara de la mente al patán de mi ex que no supo valorar la mujer que tenía a su lado.
—No lo sé —dijo Sherlyn mordiendo su labio inferior con duda —, tal vez deberías continuar buscando un trabajo, no sabemos que quiera de ti este tipo, bueno por si las dudas, es mejor estar segura.
Exhalé de nuevo asintiendo.
—Tienes razón, no se quien es, ni su nombre, no se nada de él, así que mejor lo dejaré pasar por esta vez.
Caminé hasta mi habitación con el ánimo por los suelos, necesitaba encontrar un trabajo ya.