Quinque

1969 Words
Las tres personas que se encontraban desayunando con la castaña esperando impacientes la respuesta que le debía a Nadir, por lo que Jade comenzó a mover su pie derecho ante la insistencia de sus miradas y del silencio incómodo que se estaba originando en el lugar. — ¿Entonces qué dices? — Lilian fue la primera persona en romper el silencio para poder empujar a su amiga en responder algo. — Claro… — Jade les contestó observando a Nadir — Me gustaría ser tu pareja el día de hoy. — Excelente — Gabriel le sonrió a su amigo al escuchar su tono de voz — ¿A qué hora paso por ti? — Yo pasaré por ellas, así que nos podemos ver en la entrada del lugar todos — Nadir asintió al estar de acuerdo con eso — Y hablando de eso… — Observó a sus lados — Yo creo que ya es hora de irnos — Lilian asintió al mismo tiempo que Jade. — Después de comernos el postre nos podemos ir — Nadir lo interrumpió. Después de una media hora en dónde los cuatro se quedaron hablando y comiendo lo que habían ordenado, todos se dirigieron hacía la salida del lugar para poder cambiarse para la gran noche. — Entonces te veré en un par de horas Jade — Nadir se quedó unos momentos a solas con la bailarina mientras sus dos amigos iban a buscar el auto. — Sí. — La susodicha asintió mientras escondía sus manos mojadas con un poco de sudor por el nerviosismo que estaba sintiendo — Nos vemos en la noche. — Perfecto — Alzó su mirada al escuchar el auto aproximándose a ellos — Es hora de que me vaya… — Se inclinó hacía ella para poder dejarle un fugaz beso en la mejilla — Adiós preciosa. La bailarina se quedó observando durante un par de segundos la silueta de Nadir perderse entre los coches. Sin que ella se diera cuenta de lo que estaba haciendo, alzó su mano derecha para posicionarla en la mejilla que había recibido el beso. — ¡Es hora de irnos Jadesita! — El claxon del auto sonó después de que su amiga le gritara para poder captar su atención. — Perdón — Se disculpo cuando abría la puerta trasera del auto — Me perdí por unos segundos. Gabriel observó de reojo a su novia y le sonrió al saber lo que había logrado Nadir en ella, por lo que ambos se encontraban felices por lograr su cometido. — Recuerden que yo pasaré por ustedes a más tardar a las ocho — Gabriel se bajo del auto al estar frente a su casa — Necesitamos llegar a tiempo al lugar, así que por eso tienen cuatro horas para arreglarse. — No te preocupes, las ocho ya estaremos más que listas — Su novia se encogió de hombros — Te amo, nos vemos en un rato — Gabriel se inclinó hacía ella para poder besar sus labios antes de irse. — ¡No se tarden! — Volvió a insistir. Jade aprovechó que el asiento de en frente ya no estaba siendo ocupado por nadie, así que se apresuró en agarrarlo pasando por en medio del auto. Lilian soltó una carcajada al ver el intento casi fallido de su amiga, por lo que frenó en seco. — ¡Estás loca! — Jade se apresuró en poner ambas manos en asiento para poder agarrarse de él — ¡Lilian! — No te iba a pasar nada — Continuó riéndose de ella — Hubieras visto tu cara — Jade la fulminó con su mirada y negó con su cabeza mientras se abrochaba el cinturón de seguridad — Ya ni te lo abroches, llegamos en cinco — Volvió a poner en marcha el auto. — Estás completamente loca si vuelvo a confiar en ti al volante — Negó con su cabeza — ¡Me pude haber muerto! — No seas ridícula Jadesita — Le sonrió y rodó sus ojos. Ambas se bajaron del auto y se dirigieron hacía el cuarto de la rubia para poder comenzar a arreglarse. Jade se apresuró en sacar todo lo que ambas necesitaban para su maquillaje y peinado, mientras que Lilian se aproximó hasta su armario para poder sacar los dos vestidos. — Gabriel y yo fuimos los que te elegimos el vestido, así que espero que te guste — Le dejo en la cama la prenda y la funda encima de ella — Le llamé a tu mamá más de diez veces para saber si la talla era la correcta. — ¿Desde cuándo le hablaste a mi mamá para preguntarle esto? — Frunció el ceño al no saber nada de eso. — Desde hace más de un mes — Se encogió de hombros — Tú mamá supo de esto mucho antes que tú — La castaña abrió sus ojos de par en par al no creer que su madre sabía y no le había dicho sobre ello. Jade se acercó a la cama y comenzó a quitarle la funda con mucho cuidado de no lastimar lo que estaba debajo de ella. Lilian se quedó en completo silencio observando a su amiga con interés, por lo que sonrió de lado al notar cómo los ojos de la castaña subían y bajaban al notar el vestido. Jade quedó completamente anonadada por lo hermoso que era, por lo que volteó a ver a su amiga sorprendida ante la elección que había hecho. — ¿Y bien? — Lily habló con su boca completamente seca — ¿Te gusta? — Lo señaló. — Está precioso Lilian — Le contestó mientras pasaba sus dedos por la tela — ¿En dónde lo compraste? — Eso es un pequeño secreto — Su amiga sonrió de oreja a oreja al estar mucho más tranquila — Estoy muy feliz de que te gustara. — Claro que me iba a gustar Lily, ¡está hermoso! — Alzó un poco su voz — El color, el corte y las piedras que están puestas a lo largo del vestido lo hacen perfecto. — Sabía que te iba a gustar — Suspiró aliviada — Gabriel te quería comprar uno totalmente diferente. — Pues me alegro que al final tú lo eligieras — Se acercó a ella y la abrazó fugazmente — Gracias. Los músculos de la rubia se relajaron por completo y alzó ambas manos para poder rodear el cuerpo de su amiga en un abrazo. Después de un par de segundos en esa posición, Lilian se separó de Jade y le sonrió. — Es hora de que empezamos a arreglarnos o no nos va a dar tiempo — Observó la hora y notó que se estaban retrasando — Gabriel vendrá por nosotros en tres horas, así que debemos de apurarnos. — Correcto — La castaña asintió al mismo tiempo que caminaba hacía el baño de su amiga para comenzar a arreglar su cabello — ¿Quieres que te ayude con tu cabello? — Después del maquillaje — Lilian le contestó — Necesito tener el maquillaje hecho antes del peinado — Se sentó enfrente de uno de los espejos que tenía en el cuarto — No puedo arruinar esto. — Hablando de eso… ¿quién es el jefe de Gabriel? — Jade alzó un poco su voz para que su amiga la pudiera escuchar. — Ya lo veras — Lilian contestó mientras comenzaba a buscar sus brochas. — ¿Pero cómo se ve? — Volvió a insistir con otra pregunta — ¿qué opinas de él? — Lo he visto un par de veces así que no te puedo contestar — Se encogió de hombros — ¿por qué tanto interés en él? — Por todo lo que dijeron en la comida — Jade prendió la plancha del cabello para esperar a que estuviera en la temperatura adecuada — No suena como una muy buena persona — Hizo una mueca. — Créeme que cuando lo veas te vas a sorprender — Soltó una carcajada — Pero ahorita no te preocupes por eso, ya pronto lo verás. La bailarina frunció el ceño al no saber muy bien lo que decía Lilian, pero se decidió por ignorarla para poder enfocarse en lo que estaba a punto de hacer. Después de una hora y media, ambas ya habían terminado con la primera parte de su arreglo, por lo que ambas se acostaron en la cama mientras suspiraban de cansancio. Lilian observó a Jade y pasó su mano por arriba del pecho de la susodicha para poder estar boca abajo. — Estoy demasiado cansada — Murmuró contra el colchón — ¿Y si nos dormimos un rato? — No nos podemos dormir Lilian — Jade bostezó mientras cerraba sus ojos — No vamos a estar listas para cuando Gabriel venga por nosotras. — Sí vamos a estarlo — Lilian volvió a insistir — Pondré una alarma. Nos podemos despertar en una hora y así tendremos otra hora para arreglarnos. — Cómo digas… — Susurró al sentir como todo su cuerpo comenzaba a relajarse. Jade comenzó a quejarse al sentir como un cuerpo cercano al suyo se movía, por lo que comenzó a abrir sus ojos de poco en poco para poder saber lo que estaba pasando. A los pocos segundos comenzó a escuchar un sonido irritante proveniente del celular de su amiga, por lo que comenzó a moverla con su pie para poder despertarla. — Lilian… — Alzó un poco su voz para poder ser escuchada. — ¿Qué hora es? — La rubia comenzó a restregar sus ojos — ¡Mierda! — Abrió sus ojos de par en par al mismo tiempo que se paraba de la cama con rapidez — Mierda mi cabeza — Agregó agarrándose la cabeza con su mano derecha. Jade se paró de la cama unos segundos después de su amiga y se dirigió hacía su celular para poder ver la hora. — ¡Faltan menos de cuarenta minutos Lilian! — Le reprochó. — Me equivoqué al poner la alarma — Negó con su cabeza — Tengo que terminar mi cabello en menos de veinte minutos — Presionó unos cuantos botones en su celular y comenzó a reproducir música. — Eso va a ser imposible — Jade le contestó de regreso mientras averiguaba lo que se podría hacer en el rostro con tan poco tiempo. — Oh no — La castaña alzó su mirada cuando la música cambió por un tono de llamada — ¿Amor? Ya casi estamos listas, bajamos en quince. Lilian colgó la llamada y se apresuró en salir del baño para poder hablar con su amiga. — Si no bajamos en quince, vamos a tener a un Gabriel insoportable durante toda la noche — Jade alzó su mirada y observó como Lilian se quitaba toda su ropa para cambiarse. — No debíamos habernos dormido — Le reprochó. — Jade. — Se detuvo y la observó con sus brazos cruzados frente a su pecho — Hay de dos, o sigues reprochándome por eso, o simplemente te apuras — La castaña frunció el ceño — Tú bien sabes lo mucho que necesitábamos esa siesta. — Está bien — Bufó mientras se terminaba de poner la pintura de labios — Ya solo me falta el vestido. Las dos se apresuraron lo más que pudieron, por lo que después de veinte minutos ambas se encontraban bajando las escaleras con rapidez en dirección hacía el auto de Gabriel. — Te juro que vamos a divertirnos — Lilian la detuvo en la entrada mientras le sonreía de oreja a oreja. — Eso espero — Jade le contestó nerviosa. — Vas a poder ver quién es el jefe de Nadir y Gabriel — Le guiñó un ojo — Te prometo que te llevarás una muy grata sorpresa Jadesita.
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