[KEIRA] Al día siguiente: 23 de noviembre Al bajar del auto gracias a la ayuda de mi caballeroso esposo, acomodo mi falda color borgoña y luego mi cazadora color negra que hace juego con mis botas hasta la rodilla. Estoy muy nerviosa, no lo voy a negar, y es que sé que sus padres tampoco están muy convencidos con nuestro casamiento. Siento las manos de mi esposo a la altura de mi cintura y sonrió cuando me sorprende desde atrás y me pega a su cuerpo —Todo irá bien, ya veras— Me susurra al oído y respiro profundo. —¿Y si no? — Cuestiono con un rastro de tristeza en mi voz. —Y si no, seguiremos siendo solo tú y yo como hasta ahora esperando que en un futuro sea diferente— Me alienta para después darme un beso en el cuello —Vamos, hace frio y no quiero que te enfermes— Me pide y una vez