Vladenchenko Paradox

1448 Words
Vladenchenko viaja a Escocía para asistir a la premiacion de "Europe High Excellence and Quality Entrepreneurs", como tercer año consecutivo ha sido nominado al "Empresario del año", un título que le favorece aunque no le resulta un acontecimiento que merezca su atención, ha sido la misma Rachel Williams su asesora de relaciones públicas quien le ha insistido para que asista cada año al evento; esperando que Vladenchenko mantenga una imagen pulcra. Él es hombre del que no puedes desviar la mirada; increíblemente alto, su estatura era el poder más grande que tenía, acompañado de una postura rígida que podría compararse con una enorme pared de concreto. Su cabello rubio almendrado, al que igual que su cuadriculada barba. Una penetrante mirada turquesa, seguido de una sonrisa blanca que muestra un pequeño hoyuelo cuando sonríe. Ese viaje sería diferente a cualquier otro, lo que para él resultaría ser solo recibir un premio vacío, se convertiría en él interesándose por una desconocida mujer que lo cautivo incluso con una mirada. "Es un honor para nosotros informarles esta noche sobre el ganador a Empresario del Año." Vladenchenko da un trago a su copa, "Otro premio inservible a la colección, piensa." Si no hubiera sido por Rachel, Paradox no hubiera viajado por algo tan mínimo como una premiación. "Oh, es una sorpresa, por favor un aplauso para Leaf Capuleti." Vladenchenko levanta la mirada, dejando su copa de lado. Los aplausos se escuchan en todo el lugar seguido de un grupo de gente poniéndose en pie, pero eso no evitó para que su mirada y todo él viajara hasta el lugar donde la mencionada Capuleti. Persiguiéndola con una mirada discreta en su recorrido para el estrado, la observa interesado, una mujer había logrado posicionarse como el empresario del año y no es que Vladenchenko piense de una mujer como alguien incapaz, pero no había escuchado de ninguna mujer importante en los negocios de Escocía. Logra divisas la silueta de aquella mujer subiendo las gradas con elegancia y sin ayuda. Los presentes le aplauden con fuerza. Ella llega al frente, sorprendiendo a Paradox ya que es una mujer bastante joven y elegante; el vestido azul brillante que lleva puesto remarca su silueta delgada y curvilínea, su cabello castaño en una coleta alta, un pequeño artilugio cierra sobre su cabello dándole un toque majestuoso. Vladenchenko la repasa, quedándose en su rostro, blanco y fino, sus labios lo atraen, el labial rojo que ha elegido esa noche realza su sonrisa blanca. La distancia le permite admirarla, pero lo que más lo impresiona es la mirada ámbar que brilla observando todo a su alrededor antes de comenzar su discurso de agradecimiento. Finalmente, es su voz segura lo que termina satisfaciendo a Paradox, ya que con unas palabras logra silenciar todo el lugar. "Es un completo honor para mi, no pretendía asistir a este evento pero me he llevado una gran sorpresa." Dice ella con una sonrisa. "Debo agradecerle a mi asesor de relaciones públicas quien me arrastro hasta aquí." El público se ríe. Vladenchenko no lo hace. "Muchos han mencionado que soy muy joven para continuar con este trabajo, he leído artículos donde al parecer solo soy un rostro bonito." El público vuelve a reír. Un rostro hermoso, pensó Paradox. "Este premio no es en lo mínimo muestra del trabajo que mi empresa está haciendo, agradezco el gesto pero espero continuar demostrando mi capacidad como ser humano y mi inteligencia que va más allá de los logros que he obtenido en el último año." La chica tiene agallas, piensa. "Muchas gracias a todos y por favor, embriaguémonos después de esto." Una nueva oleada de aplausos y risas la acompañan, ella tira un beso al aire con la mano y los cometarios obscenos,pícaros y orgullos se escuchan a su alrededor. Es una mujer con presencia, no hay duda alguna, es hermosa. Vladenchenko no expresa ningún tipo de emoción a pesar de pensarlo. La observa bajar de ahí sonriendo con altanería disfrazada de orgullo, la chica sabe el poder que tiene y aunque al parecer no es solo un rostro bonito, sabe como utilizarlo. "Lo siento, Vlad, te he hecho venir hasta aquí, no creí que una chica como ella sería considerada." Dice Rachel Williams. "¿Quién es ella?" Pregunta con curiosidad. "Nadie importante, lleva uno o dos años a cargo del negocio familiar y ha logrado incrementar su propio porcentaje de venta." Vladenchenko escucha sin pedir ningún detalle pero Rachel continúa hablando de ella con cierta rabia. La chica es importante. "Es la comidilla de Escocia tanto por sus logros y por la muerte de sus padres hace un par de años, un accidente aéreo y ha sido una sorpresa que ella tomara las riendas. Es muy joven, ¿no debería estar estudiando?" "¿Es tan joven?" "Cumplió los veinticuatro años hace unos meses." Vladenchenko quien está a solo unos meses de llegar a los treinta y un años, no podría imaginarse saliendo con una chica mucho menor que él. Pero... ¿por qué estaría pensando en eso? Mueve la cabeza borrando el solo pensamiento de su cabeza. Él no sale con chicas, las relaciones no son algo que alguien como Vladenchenko Paradox necesite o desee. El evento finaliza, Vladenchenko sale del lugar con la disposición de volver a Rusia tan pronto sea posible. Por supuesto que los eventos desatados a continuación pueden solo ser un mal presagio de lo que su vida está por convertirse. Se aleja del edificio para poder fumarse un cigarrillo, lo desea en ese momento. Las noches en Escocia son lluviosas, cálidas, si pudiera compararlas con el invierno en Rusia el clima de Edimburgo es nada. El humo del cigarrillo sale como un suave pero amargo sabor que acaricia su lengua. Un momento que siempre ha considerado íntimo. "Fumar es dañino para la salud y lastima tus dientes, eres guapo deberías de dejarlo... ¿bien? " Dice una voz suave acompañado de una sonrisa, la figura que se planta frente a él logra sorprenderlo. "¡Capuleti!" Gritan a lo lejos. Ella parece entrar en pánico, se quita los zapatos de tacón que lleva. Vladenchenko la observa en silencio. "Si preguntan, no me has visto, ¿entendido?" Esa mirada ámbar tan clara como un atardecer lo atraviesa en fracción de segundos. No responde, la chica sale corriendo de ahí escabulléndose como puede entre los autos estacionados. Sin dejar su cigarrillo la persigue con la mirada. La misma chica que hace unos segundos sonreía como nunca frente a cientos de personas que admiraban su talento y belleza, se ha atrevido a reñirlo y ha darle órdenes. "¡¿Por dónde se ha ido?! Maldita sea. No podemos dejar que escape." Dicen unos tipos trajeados que se comunican entre ellos vía intercomunicador. Vuelven a ver hacia todos lados hasta que lo miran a él, uno de ellos se acerca. "¿Has visto una chica correr por este lado?" ">>>No inglés." Responde en un ruso dominante, el cual sorprende a los dos tipos. Ellos lo pasan de largo y Vladenchenko no duda caminar en dirección por donde la chica se marchó. "¿Vlad? El auto está aquí." Vladenchenko detiene el paso, reaccionando de la tontería que está por hacer, solo es una chica y él no persigue ningún tipo de mujer, lo hizo una vez y las cosas terminaron muy mal. No repetiría el patrón. "Tus maletas están atrás y un avión te espera para llevarte a Moscow cuando lo desees." "Gracias." Esa es la única palabra que pronuncia antes de meterse en el auto y alejarse del lugar, de esa extraña pero hermosa chica. "Tendremos que reunirnos el próximo mes en Glasgow para la adquisición del nuevo cargamento." Explica Rachel Williams. Vladenchenko escucha sin decirle nada, su mente sigue sobre la mirada ámbar de esa chica. ¿Por qué estaría escapando? La duda logra desconcentrar a Vladenchenko pero la borra de inmediato cuando al cruzar por una avenida, logra observar como la chica abraza y seguido besa a un hombre. ¿Podría besar a una chica como ella? No, la respuesta es sencilla ya que las posibilidades que vuelvan a verse son nulas. Él regresará a Moscow esa misma noche e involucrarse con mujeres comprometidas siempre ha sido un código de ética que no piensa violar. "Llévame al aeropuerto, regreso a Moscow esta noche." "Te echaré de menos." Rachel se pega a él pero Vladenchenko ignora ese roce. No está de humor para llevarla a la cama y menos para pasar un minuto más en Escocia. No entiende ese repentino cambio en su humor, pero va a pasarlo de largo. Es mejor de esa manera, un largo viaje lo espera.
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