Mi cuerpo se aprisionado en los brazos de Ángelo porque no podia moverme sin despertarlo. Permanecí inmóvil, simplemente observándolo dormir. Sus músculos se sentían tensos pero había procurado no lastimarme mientras dormíamos abrazados. Su respiración era suave y continua. Pero fije la mirada en sus labios, eran carnosos y tenían un brillo singular, estaban completamente rosados, casi como los de Joseph. Me acerque a sus labios porque tenia la curiosidad de probar su sabor y tal vez morder su textura, así que los mejores con ternura. La sensación era casi divina, pero no podía comparar los besos que Joseph solía darme, porque esos eran descontrolados y pasionales, en cambio los de Ángelo eran tiernos y llenos de amor incondicional. Bien dicen que lo que está prohibido, sabe mejor. Au