Manuel Diecinueve años, no puedo creer que tenga diecinueve años que en este momento esté subiendo al piso de Xóchitl, que ella llama departamento, para pasar la noche. Resulta ser que el bar queda un poco lejos de donde yo vivo con mis tíos, así que esta vez me quedaré a dormir en casa de mi amiga para al siguiente día poder regresar con los primeros rayos del sol y de ahí irme a Cuernavaca con mi nana para ayudarle a cuidar a Sansón, ya que ella se irá a un curso de cartas astrales o una cosa así. ―¿Cartas astrales? ¡Cool! Tu abuela suena hippie.― Me dice Xóchitl mientras sirve un vaso con agua y le pone dos alka seltzers. ―No, simplemente es su forma de lidiar con la muerte de mi abuelo, lo que me preocupa es que ya pasaron muchos años y ella no sé si aún lo supera. ―El amor v